En el Centro de Análisis Multidisciplinario partimos de la premisa básica de que son principalmente los trabajadores y las trabajadoras del campo y la ciudad quienes pueden describir auténticamente sus condiciones de vida y de trabajo. Este cuestionario tiene por objetivo visibilizar dichas condiciones que, no por ser cotidianas, tienen por qué ser invisibles. Se contesta de forma anónima y así contribuyes a tener un diagnóstico desde la perspectiva de quienes directamente producen la riqueza con sus habilidades y esfuerzos día tras día.
Trabajador/a mexicano/a:
El día de ayer en el evento que el gobierno federal denominó “Nueva política de #Salario Mínimo: transitemos de un salario mínimo a un salario digno”, se hizo el anuncio de un incremento de 14 pesos al salario mínimo general diario, mucho menos de lo que cuesta un pasaje de ida y vuelta en transporte público en el Estado de México. En su discurso, la Secretaria de Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde Luján mencionó, entre otras cifras de las que provienen de nuestro trabajo como Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM): “A partir de 1976, año en que se registró el pico más alto, el salario mínimo ha seguido una pauta descendente hasta perder más del 70 por ciento de su poder adquisitivo al día de hoy. Si a inicios de los ochentas, con un salario mínimo se podía comprar 51 kilos de tortilla, para inicios de la década actual sólo podían comprarse 5 kilos. En aquellos años alcanzaba para 8 kilos y medio de huevo, en la presente década sólo alcanza para 1.7. De poder adquirir 18 litros de leche ahora con un salario mínimo se puede comprar únicamente 4.6 litros. Los trabajadores que en la actualidad reciben un salario mínimo tendrían que laborar 3 jornadas más que un trabajador de la década 70’s para mantener el mismo nivel de vida”[1]. Luego, López Obrador mencionó también: “Luisa María dio el ejemplo más claro de cómo hace 25, 30 años, un salario mínimo alcanzaba para comprar 50, 55 kilos de tortilla, y ahora seis kilos de tortilla. De esas dimensiones ha sido la pérdida del poder adquisitivo del salario.”[2] Estas cifras provienen, principalmente, de nuestro Reporte de Investigación No. 116 “México: Fábrica de pobres. Cae 77.79% el poder adquisitivo” y del Reporte de investigación No. 117, ambos publicados en 2014, de los Reportes 120 y 122 del año 2015, de los Reportes No. 123 y 126 del año 2016, del Reporte No. 127 del año 2018 y del Reporte de investigación No. 130 recientemente publicado, así como otros de mayor antigüedad, todos disponibles desde sus respectivas fechas en nuestro sitio web: http://cam.economia.unam.mx
Ante ello queremos aclarar que además de utilizarlas sin citar la fuente de donde provienen, pensamos que debido a la posición política que tenemos, también se usaron de forma tendenciosa ya que siendo consecuentes con el contexto de los datos no dijeron:
Compañero/a trabajador/a, las cifras y estadísticas que generamos en este Centro, son para tu defensa ante la patronal y para que comprendamos más del entorno político que como trabajadores/as nos toca vivir; úsalas y difúndelas en libertad, ya que ese es su propósito. No concordamos ni remotamente con quienes pretendan usarlas mañosamente, desvirtuarlas o torcerlas para legitimar tu explotación. Y tal y como sucede en otros casos, no será pidiéndoles a los criminales que juzguen su propio crimen como habrá de existir justicia para el pueblo, sino la que organizadamente éste se construya para sí mismo.
Atentamente
Comunidad de investigación del
Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM.
[1] Discurso disponible en https://www.gob.mx/presidencia/videos/nueva-politica-de-salariominimo-transitemos-de-un-salario-minimo-a-un-salario-digno-185364?idiom=es
[2] Discurso disponible en https://www.gob.mx/presidencia/articulos/mensaje-del-presidente-andres-manuel-lopez-obrador-durante-la-presentacion-de-la-nueva-politica-de-salarios-minimos?idiom=es
[3] Nota “CTM y a la CROC quedan fuera de la Confederación Sindical Internacional” Disponible en https://www.forbes.com.mx/ctm-y-a-la-croc-quedan-fuera-de-la-confederacion-sindical-internacional/
Introducción
Es durante el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988) cuando se expresa e inicia claramente lo que sería la Política Neoliberal en México, que fue impuesta por el gran capital financiero internacional, después de haberla aplicado por diversos métodos violentos, legales e ilegales también en otros países del mundo como Chile, Inglaterra, EUA, etcétera.
El gobierno de Peña Nieto es la síntesis de lo terrorífico de la guerra, que por más de treinta y cinco años han enfrentado las clases trabajadoras del pueblo mexicano. Este gobierno arrojó como saldo un país de más de 1 mil 500 fosas, de las hasta ahora localizadas en 23 de los 31 estados de la República mexicana; feminicidios; y más de 21 mil desaparecidos. Dicha situación ha marcado la historia y el rumbo de la nación, como lo es el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa y de los múltiples asesinatos de luchadores sociales.
El desarrollo macroeconómico del país registró durante el sexenio de Peña Nieto cifras por demás alarmantes como el escueto crecimiento promedio del Producto Interno Bruto (PIB) de 2.3%, estimado por debajo del promedio mundial que fue de 3.4% para el mismo periodo. Otro indicador se encuentra en el tipo de cambio entre el peso mexicano y el dólar norteamericano, dicha paridad pasó de $12.85 en el año 2013 a $20.00 pesos por dólar en 2018; la deuda pasó de 5.7 billones de pesos a más de 11 billones de pesos[1] (incrementándose la deuda de los mexicanos en más de 100%). Cabe preguntarse ¿El dinero qué destino tuvo, a dónde se fue? ¿Quién pagará la deuda? ¿A qué costo social se pagará? ¿Cuál es el costo económico y político que se paga y se pagará y por cuánto tiempo? Y muchas preguntas más.
Asimismo, el pueblo trabajador mexicano ha estado pagando por décadas el costo de las políticas de los gobiernos neoliberales, independientemente del color del partido político en turno de los que administran el gobierno, que mediante la denominada alternancia han aplicado políticas salariales y laborales que distan de las verdaderas necesidades de la clase trabajadora y del pueblo mexicano. Marx señalaba que: “(…) El obrero es más pobre cuanta más riqueza produce, cuanto más crece su producción en potencia y en volumen. El trabajador se convierte en una mercancía tanto más barata cuanto más mercancías produce. La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas” (Marx, 1987, pág. 105). Dicha cita se torna vigente en el análisis actual, para ser más precisos: el salario mínimo perdió 11.46 % de su poder adquisitivo solo durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, que visto en perspectiva con el periodo completo del neoliberalismo ha significado un deterioro acumulado en la pérdida del poder adquisitivo de 88.71%. De manera adicional el desempleo y el empleo se han precarizado de manera galopante, son 7 millones 466 mil trabajadores desempleados, representado una tasa de desempleo del 12.4% para el 2017[2].
Se podría pensar que hoy se presenta la oportunidad de un respiro para no ahogarnos en el mundo capitalista lleno de adversidades para los asalariados, sobre todo para los muchos que vivimos de nuestro trabajo. Sin embargo, no puede existir un verdadero proyecto de nación sobre aquellas bases que hacen funcionar un capitalismo que ha demostrado que tiene la capacidad de desnaturalizar la esencia de lo humano, buscando compensar el daño incorporando algunas políticas económicas. Es impensable poder pensar que hoy las condiciones de vida de las clases trabajadoras se encuentran exentas de la explotación del hombre por el hombre, sino más bien todo lo contrario, la acumulación de la riqueza capitalista continuará basándose en la agudización de la explotación, la represión, la discriminación y el despojo de las clases trabajadoras. Recordemos que el salario implica de por sí, trabajo impago y apropiación de excedente.
En la presente investigación presentamos algunos avances de investigación en torno al salario mínimo, el salario real, el poder adquisitivo del salario mínimo, el precio de la Canasta Alimenticia Recomendable (CAR), la inflación real en alimentos, la distribución de los niveles de ingreso en la población ocupada, los trabajadores que trabajan más y pueden comprar menos y el tiempo de trabajo necesario para adquirir la CAR.
En la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se plasma el carácter jurídico del Artículo 123, Fracción VI, que a la letra dice:
“Los salarios mínimos que deberán disfrutar los trabajadores serán generales o profesionales. Los primeros regirán en las áreas geográficas que se determinen; los segundos se aplicarán en ramas determinadas de la actividad económica o en profesiones, oficios o trabajos especiales. El salario mínimo no podrá ser utilizado como índice, unidad, base, medida o referencia para fines ajenos a su naturaleza. Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos. Los salarios mínimos profesionales se fijarán considerando, además, las condiciones de las distintas actividades económicas. Los salarios mínimos se fijarán por una comisión nacional integrada por representantes de los trabajadores, de los patrones y del gobierno, la que podrá auxiliarse de las comisiones especiales de carácter consultivo que considere indispensables para el mejor desempeño de sus funciones”.[3]
Lo anterior es el fundamento constitucional sobre el cual converge el concepto de salario mínimo y su relación con el artículo 90 de la Ley Federal del Trabajo que a la letra dice:
“Salario mínimo es la cantidad menor que debe recibir en efectivo el trabajador por los servicios prestados en una jornada de trabajo”[4].
De acuerdo con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para que ésta se respete realmente y no sea violada, el trabajador mexicano deberá recibir por su trabajo (por tiempo o a destajo) un salario mínimo necesario para cubrir las necesidades básicas en orden material: vivienda, alimentación, vestido, calzado, educación, salud, y recreación cultural para él y su familia.
Para la gran mayoría de la población trabajadora asalariada históricamente ha sido letra muerta el artículo 123. En el cuadro 1 se muestra una fracción de la población ocupada que trabaja y no recibe ingresos base, para el tercer trimestre del 2018 registró la cifra de 3 millones 480 mil trabajadores. Cabe mencionar que mucho de este trabajo es de carácter infantil o ilegal y que se expresa sobre todo en el medio rural y/o en las ciudades industriales maquiladoras.
Con la implementación de la reforma laboral en diciembre del 2012, una de las múltiples consecuencias encuentra lugar con la profundización en el proceso de desvalorización del mercado de trabajo, hermanado con una caída de tipo monetario del salario, en términos nominales. En el cuadro 1 se demuestra lo siguiente:
Lo siguiente que habría que considerar en el análisis del carácter anticonstitucional del salario se relaciona con el salario real, mismo que se explica con las fluctuaciones en los precios de los productos básicos que deberían consumir los trabajadores y de cómo estas oscilaciones pueden impactar en sus niveles de consumo. Dicha situación tiene que ver con la falta, abandono de la regulación y control real de precios como política pública (relación precios-salarios) del Estado mexicano, incurriendo en el incumplimiento del artículo 28 constitucional, párrafo tercero, que a la letra dice:
“Las leyes fijarán bases para que se señalen precios máximos a los artículos, materias o productos que se consideren necesarios para la economía nacional o el consumo popular, así como para imponer modalidades a la organización de la distribución de esos artículos, materias o productos, a fin de evitar que intermediaciones innecesarias o excesivas provoquen insuficiencia en el abasto, así como el alza de precios. La ley protegerá a los consumidores y propiciará su organización para el mejor cuidado de sus intereses”
En agosto de 1982 es declarada la denominada crisis de la deuda, que da paso al modelo neoliberal, la Gráfica 1 muestra el comportamiento de los salarios reales, cuando comienza la caída estrepitosa del salario real que ha implicado el rezago en los niveles de vida y en el aumento de la pobreza para los trabajadores.
Entender al capitalismo y en particular el neoliberalismo durante los últimos 36 años, implica ubicar al salario real como un indicador que nos permita explicar el tamaño del nivel de despojo que hemos sufrido los trabajadores.
Gráfica 1.
El análisis del tamaño del despojo al que hemos sido sujetos como trabajadores implica necesariamente relacionarlo con el poder adquisitivo del salario y el tiempo de trabajo necesario destinado para comprar la CAR[5].
Podemos observar en el cuadro 2 los siguientes elementos sobre los niveles de ingreso y consumo de la clase trabajadora:
Gráfica 2.
En la Gráfica 2 podemos ver el nivel de desigualdad y pobreza que se ha generado en el neoliberalismo, por un lado, se grafica el comportamiento del salario mínimo general y por el otro el precio de la CAR.
En la Tabla 1, podemos ver lo que las familias trabajadoras en México han dejado de consumir en lo que va del neoliberalismo, y que se ha traducido en un deterioro en los hábitos de consumo alimenticios y de la salud de los mexicanos.
Hablar de una reducción del poder adquisitivo del salario del 88.71% significa que las familias mexicanas estén modificando la frecuencia y la calidad con la que consumen la tortilla, la carne, el huevo, la leche, etcétera. En esta condición se encuentran 36 millones 992 trabajadores[6] que tienen un salario con el que difícilmente podrán comprar una CAR, y que dicha cifra representa el 68.47 % del total de la población ocupada para el tercer trimestre del 2018.
Tabla 1.
Durante el sexto informe de gobierno de Enrique Peña Nieto (2013-2018) se afirmó como discurso oficialista que “(…) El salario mínimo general acumuló una recuperación del poder adquisitivo de 17%, la más alta para un periodo similar en las últimas siete administraciones (…)”[7]. Dicha aseveración, además de ser completamente falsa, resulta un insulto y una muestra clara del proceder con el que legislan quienes han operado e instrumentado las políticas públicas que hoy tienen sumida en la pobreza a millones de familias trabajadoras. Asimismo, deja en completa evidencia el nivel de ignorancia y su compromiso con los intereses del gran capital de Enrique Peña Nieto y su costoso equipo de asesores que no logran distinguir las diferencias entre salario nominal y salario real.
Gráfica 3.
En el cuadro 3 y la gráfica 3 se muestra que la caída del poder adquisitivo del salario fue del 11.46% durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, aumentando el tiempo que se debe trabajar para poder adquirir una CAR, para el 1 de enero del 2013 se requerían trabajar 21 horas con 13 minutos y, para el 26 de octubre del 2018 alcanzó las 23 horas con 58 minutos como se ilustra en la gráfica 4.
Gráfica 4.
Con una política sindical de Estado basada en el control corporativo del sindicalismo se han impulsado políticas de normalización bajo un esquema laboral en el que las clases trabajadoras han tenido que enfrentar un mercado de trabajo que exige la disminución generalizada de los salarios y las prestaciones en beneficio de la acumulación de capital.
Por lo que no es casual para los trabajadores el aumento sistemático del tiempo de trabajo necesario que deben de destinar para poder adquirir los bienes indispensables. En la gráfica 5 podemos observar el aumento tendencial del tiempo de trabajo necesario, en 1988 se reconocían por el gobierno un total de 2 millones 336 mil trabajadores que comenzaban a romper la frontera de las 48 horas de trabajo por semana, sin embargo, para el 2018 la cifra alcanza los 15 millones 317 mil, aumentando 655.0 % en 30 años. Actualmente los trabajadores de manera normal trabajan diariamente jornadas de trabajo de hasta 16 horas para tratar de conseguir el salario suficiente que les permita satisfacer sus necesidades mínimas indispensables.
Gráfica 5.
A manera de conclusión:
Los gobiernos neoliberales han buscado mecanismos para matizar la verdadera causa del rezago y el deterioro en los niveles salariales de la gran mayoría de la clase trabajadora, que como consecuencia ha traído un empobrecimiento sistemático para los trabajadores mexicanos, haciendo posicionamientos como los del reciente presidente Andrés Manuel López Obrador en el que afirmó que la teoría de la explotación no aplicaba para el caso de México, aseveración hecha durante un discurso de campaña a la presidencia en los reyes Acaquilpan, Estado de México mencionando que: “desde una posición de los académicos más clásicos y teóricos que se quedaron con la idea de que la desigualdad se produce por la explotación que se hace de los trabajadores, que el burgués explota al proletario, que se va acumulando ganancia y que esas utilidades se las apropia el dueño de los medios de producción y que por eso es la desigualdad y la pobreza, pero en México no aplica esa teoría del todo, aquí las grandes fortunas se han acumulado mediante la corrupción, al amparo del poder público, por eso vamos a que no haya corrupción, se va a separar el poder económico del poder político”[8]. En primer lugar este tipo de visiones omiten vehementemente el origen y la reproducción de la formación social del capitalismo, y más bien son producto de una posición de clase que busca en el discurso anular la lucha de clases, sustituyéndola por el sujeto. Asimismo, tanto la explotación como la corrupción, son dos caras de la misma moneda, y se presentan como algunos de los mecanismos naturales en el capitalismo para obtener ganancia lícita e ilícita.
Por último, los recursos monetarios con los que enfrenta un capitalista la corrupción para mantener u obtener una mayor ganancia será evadiendo sus responsabilidades. Por ejemplo, en el orden fiscal con los impuestos, en lo jurídico, en lo político, etcétera, jamás pondrá ese dinero de su bolsillo el capitalista, sino más bien lo obtendrá expropiándolo de los trabajadores a partir de intensificar la explotación. Por lo que si disminuyera la corrupción no dejará de existir la explotación ergo la desigualdad en los niveles de salariales.
Por lo anterior, tanto la propuesta patronal de incremento al salario mínimo general que se ha mencionado en voz de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), planteando que se incremente de 88.36 a 98.15 pesos diarios el salario para el año 2019[9], pero que a su vez, considera como poco probable llegar a los 176 pesos diarios hacia el final del sexenio del Presidente Andrés Manuel López Obrador; así como la propuesta del actual gobierno en voz de María Luisa Alcalde titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS), la cual proyecta 100 pesos diarios para el año 2019, aumentando el salario mínimo general anualmente hasta llegar a los 176 pesos diarios hacia el final del sexenio en el 2024[10]. Frente a la histórica acumulación en el deterioro del poder adquisitivo del salario, las dos propuestas se plantean en un escenario completamente anticonstitucional lo cual continua con la tradición del antiguo régimen de corromper el espíritu de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, tan grave e insolvente resulta el posicionamiento del actual gobierno que no revertirán ni su carácter anticonstitucional, ni revertirán el nivel de deterioro en los ingresos de los trabajadores mexicanos, aunque subieran el salario mínimo general a 200 pesos diarios, resultarían insuficientes recordando y colocando como un primer parámetro que el precio diario de la CAR al 26 de octubre del 2018 es de $ 264.84 pesos diarios.
Otra contracción y absurdo que salta a la vista
El anterior gobierno de Enrique Peña Nieto ofreció “empleos” a los miembros de la caravana migrante de Centroamérica, como política de contención tratando de evitar que crucen la frontera de Estados Unidos. Sin embargo, que tipo de empleos precarios podría ofrecer el gobierno mexicano (en la gráfica 6 podemos observar que desde el 2014 a la fecha el salario en Honduras ha sido superior por mucho al de México), para el año 2018, haciendo en la comparación una equivalencia de los salarios en dólares, Honduras tiene un salario mínimo promedio de 14.62 dólares por jornada de trabajo de 8 horas, mientras que México tiene un salario mínimo general de 4.35 dórales por jornada de trabajo de 8 horas, lo cual representa una diferencia a favor de Honduras del 236 %.
Para los migrantes centroamericanos la posibilidad del “sueño mexicano” que les vendía el gobierno de Enrique Peña Nieto y ahora el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ¿Podría ser realmente una opción?
Gráfica 6.
Pensamos que para hablar de un “salario justo” en realidad se debería presuponer resarcir el nivel histórico del despojo al que hemos sido sujetos los trabajadores mexicanos producto de la explotación de la fuerza de trabajo. Sin embargo, poco abona colocar argumentos en los que se encuentran velados los verdaderos intereses por aumentar el salario mínimo general en México. Vivimos un mercado de trabajo completamente subordinado a las necesidades de la acumulación de capital, pensamos que los aumentos al salario mínimo general que vendrán no deberían enfocarse en un incremento de la productividad del trabajo, hablar de duplicar el monto del salario en México es entender que seguramente quedará acompañado de un aumento en la productividad de la fuerza de trabajo no solo en la misma proporción del incremento al salario, sino que inclusive será aún mayor y que es la manera en la que opera un proceso de profundización de la explotación de la fuerza de trabajo, lo cual en el fondo mantendría en beneficio del capitalista una fuerza de trabajo mexicana competitiva, productiva y además como una de las más baratas a nivel mundial. Así se puede observar en las Gráficas 7 y 8.
Gráfica 7.
Gráfica 8.
Por todo lo anterior, planteamos las siguientes interrogantes:
¿Que el salario mínimo en México siga siendo anticonstitucional también se pondrá a consulta?
¿En el mundo y en el país en donde vivimos podría existir un salario justo?
¿Por qué los ministros del Suprema Corte de la Nación no se han pronunciado sobre si con el actual salario mínimo viola o no la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos?
¿Por qué ha existido durante muchos años un silencio absoluto de Poder Legislativo, ejecutivo y judicial sobre el carácter anticonstitucional del salario mínimo general?
Bibliografía y/o fuentes de información
CONASAMI
INEGI, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, septiembre 2018.
Carlos Marx, Manuscritos Economía y Filosofía, Editorial Alianza, 1987, Madrid.
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM): Facultad de Economía UNAM. Encuestas directas. Varios años.
[1] Datos del Banco de México.
[2] Reporte de Investigación 129. Los empleos que no necesitan los trabajadores mexicanos: el presidente del empleo precario. Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM, febrero de 2018. Pág. 6.
[3] Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Consultada el día 5 de diciembre. Disponible en: https://www.juridicas.unam.mx/legislacion/ordenamiento/constitucion-politica-de-los-estados-unidos-mexicanos
[4] En este reporte haremos énfasis en el salario que es considerado de base o directo y que es el efectivo que recibe un trabajador por su trabajo.
[5] La Canasta Alimenticia Recomendable (CAR) fue diseñada por el Dr. Abelardo Ávila Curiel del Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán, se encuentra conformada por 40 alimentos, sin incluir los gastos que requieren su preparación, ni tampoco el pago de renta en vivienda, el transporte, vestido, calzado, aseo personal y muchos otros bienes y servicios que entran dentro del consumo de una familia, sólo es en lo referente al costo de alimentos básicos. La CAR es una canasta ponderada, de uso y consumo diario, para una familia mexicana de 4 personas (2 adultos, un/a joven y un/a niño/a) en la que se toman en cuenta aspectos nutricionales, de dieta, de tradición y hábitos culturales.
[6] El dato considera a los trabajadores ocupados que no perciben ingresos más los que se encuentran en el nivel de ingreso de entre 1 salario mínimo y hasta 3 salarios mínimos, cifra para el tercer trimestre del 2018.
[7] Sexto Informe de Gobierno (2017-2018), Estados Unidos Mexicanos, Presidente Enrique Peña Nieto, Pág.XX.
[8]El neoliberalismo que continúa con AMLO, Desinformemonos, 2 de julio 2018. Disponible en internet: https://desinformemonos.org/neoliberalismo-continua-amlo/ Consultado el 9 de diciembre del 2018.
[9]CONASAMI revisa todas las propuestas sobre aumento al salario mínimo, El Economista, 27 de septiembre 2018. Disponible en internet: https://www.eleconomista.com.mx/empresas/Conasamirevisatodas-las-propuestas-sobre-aumento-al-salario-20180927-0072.html Consultado el 2 de diciembre 2018.
[10] Nuevo gobierno trabajará por salarios dignos: Luisa María Alcalde, La Jornada, 3 de diciembre 2018. Disponible en internet: https://www.jornada.com.mx/ultimas/2018/12/03/nuevo-gobierno-trabajara-por-salarios-dignos-luisa-maria-alcalde-3849.html Consultado el 4 de diciembre 2018.
Introducción
La generación de empleos es una de las banderas que más se enarbolan en el sexenio actual, aunque sean con salarios de hambre, con nulas prestaciones laborales, sin acceso a instituciones de salud y/o con extensas jornadas de trabajo, en concreto son empleos precarios, que de manera desvergonzada el presidente Enrique Peña Nieto señala son los empleos que requieren las familias mexicanas:
“A lo largo de cinco años, en el Gobierno de la República hemos trabajado para generar las condiciones que permitan a los empresarios crear los empleos que requieren las familias mexicanas” […] “El fortalecimiento del empleo inició en noviembre de 2012 con la Reforma Laboral, que sentó las bases de un mercado de trabajo más dinámico, flexible e incluyente.”[1]
Ya han pasado más 5 años desde que se aprobó la Reforma Laboral, la precarización laboral continúa su marcha implacablemente, si bien los niveles de desempleo han bajado -en parte gracias a cambios metodológicos que habremos de señalar- los niveles de ingreso continúan mostrando un empobrecimiento general para gran parte de la población ocupada, de igual manera la tendencia de trabajar más horas aumenta rápidamente.
En el presente reporte de investigación retomaremos el seguimiento sobre el comportamiento del empleo y desempleo en México: La tendencia de los ingresos y las jornadas de trabajo en los últimos cinco años, el desempleo,[2] y las modificaciones a la Ley Federal del Trabajo que trata de ocultar un precarizado mercado laboral mal pagado y con largas jornadas que no necesitan las familias mexicanas pero si los empresarios.
En el Cuadro 1 se muestra a la población ocupada por niveles de ingreso de 2012 a 2017, a cinco años de la reforma laboral la población que recibe de 0 a 3 salarios mínimos ha aumentado en más de 3 millones 779 mil personas, un incremento del 66.2% al 68.3% respecto al total de la población ocupada. La tendencia es contraria si se observa la población que gana más de tres salarios mínimos, en 2012 eran 11, 332, 356 personas, para 2017 se había reducido a 9, 125, 132 personas, es decir pasó del 23.2% al 17.3% respecto al total de ocupados/as. Los trabajadores mexicanos no sólo han visto disminuir su poder adquisitivo en un 13.42% durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, (Ver el reporte 127 del CAM) ahora la tendencia es ver también disminuir su salario nominal.
Mientras los salarios nominales disminuyen, las jornadas de trabajo continúan incrementándose. Al retomar la cifra de la población ocupada y separándola en dos segmentos de acuerdo a la duración de la jornada laboral, de 2012 a 2017 la población que trabaja menos de 35 horas aunque disminuye proporcionalmente del 25% al 23.3%, aumenta en términos absolutos en más de 107 mil personas.
Por otro lado, la población que trabaja 35 horas o más, aumentó en 3 millones 728 mil personas, creció del 72.6% al 74.1%, si observamos detalladamente, los trabajadores que laboran de 35 a 48 horas a la semana son el grupo que más aumenta de 2012 a 2017 en casi 3 millones de personas, esto nos habla de una generalización en la prolongación de la jornada laboral que es entendible si tan sólo para conseguir la Canasta Alimenticia Recomendable (CAR) son ya necesarias 24 horas con 31 minutos, es decir, cada vez se tiene que trabajar más tiempo para adquirir -contradictoriamente- menos alimentos para poner en la mesa del hogar (Ver el reporte 127 del CAM).
La desocupación es medida por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) a través de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en esta nos dice: “Para ser un desocupado abierto no basta entonces el presentar una situación (estar sin trabajo), sino además exige el tener un comportamiento (adoptar acciones de búsqueda). Esta precisión es clave porque con frecuencia se confunde la expresión “personas sin trabajo” con la de “desocupados abiertos”, cuando en realidad ésta última tiene una condición adicional que conceptualmente hace la diferencia: un individuo sin trabajo pero que no busca (o ha desistido de buscarlo) no forma parte de la desocupación abierta porque no se está comportando como un oferente de servicios laborales”.[3]
Y continúa advirtiéndonos que no mide el desempleo, sino la desocupación: “De ahí que la desocupación abierta no sea, ni pretenda ser, la magnitud que exprese cuánta gente necesita trabajar en un lugar y momento determinados o la medida de cuán grande es el déficit de oportunidades laborales: en realidad lo que la desocupación abierta indica es la magnitud de la población que se comporta como buscadora de trabajo (esto es, cuántos individuos apuestan a su inserción en un mercado laboral) ante un déficit dado oportunidades.”[4]
Para medir la tasa de desocupación (no el desempleo) el INEGI utiliza el siguiente método: mide el número de personas desocupadas (Pd) por cada 100 personas económicamente activas, de forma que la Tasa de desocupación=(Pd/PEA)*100, en donde la PEA es la Población Económicamente Activa, que cumple dos condiciones: 1) las personas de 15 años en adelante, y 2) que se divide en Población Ocupada (la que actualmente tiene un empleo) y Desocupada (no tiene empleo y buscó uno durante el último mes).
En el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM hemos seguido de cerca las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en materia de medición del desempleo, debido a que consideramos se aproxima mejor a la realidad en comparación con otras mediciones brindadas por el Gobierno cuyo objetivo es ocultar los niveles reales de desempleo en el país. La OIT establece respecto a la medición del desempleo lo siguiente:
“…En situaciones en que los medios convencionales de búsqueda de empleo son insuficientes, en que el mercado laboral está bastante desorganizado o es de alcance limitado, en que la absorción de la mano de obra es, en el momento considerado, inadecuada, o en que la fuerza de trabajo está compuesta principalmente por personas con empleo independiente, la definición estándar de desempleo dada en el subpárrafo 1) anterior puede aplicarse suprimiendo el criterio de búsqueda de empleo.”(OIT, 2005)
Siguiendo la recomendación de la OIT se construye una nueva metodología:
Para medir la tasa de desocupación el INEGI no contempla a la Población Disponible, que es aquella que aunque quiere trabajar no tiene trabajo y no lo busca porque no cree encontrarlo o porque ya se cansó de buscarlo, misma que se encuentra contabilizada dentro de la Población No Económicamente Activa (PNEA). Esta última clasificación incluye también a la población no disponible (aquella población que no desea incorporarse al mercado laboral).
Debido a que el INEGI no toma en cuenta la población disponible existe un enorme sesgo en la medición de la tasa de desocupación, ya que la diferencia entre la población desocupada y la población disponible se encuentra en el tiempo de búsqueda de un empleo. La población desocupada es la que busca trabajo en el último mes y que aún no lo consigue, mientras que la población disponible es aquella que quiere trabajar, no tiene empleo y no lo buscó durante el último mes porque no cree encontrarlo, es decir, presenta una situación crónica de desempleo.
Considerando ahora a la Población Disponible, se propone la siguiente tasa de desempleo:
Tasa de Desempleo= (Población desocupada + Población disponible) / (PEA + Población disponible)
Con la metodología anterior tenemos para el tercer trimestre de 2017 una tasa de desempleo del 12.4%; como se observa en el Cuadro 3 el desempleo -al igual que la desocupación- han ido disminuyendo, sin embargo, esta disminución es claramente a costa de generar empleos precarios como lo constatamos en el Cuadro 1 y 2.
Es necesario mencionar que en el 2015 se decidió modificar la edad de la población para trabajar bajo el argumento de “proteger a los niños del trabajo en condiciones precarias”, esto dió pie a la modificación del Artículo 22 de la Ley Federal del Trabajo en donde se cambió la edad de la población para trabajar, pasando de 14 a 15 años de edad. Asimismo, se cambió el Artículo 22. Bis resultando lo siguiente:
“Queda prohibido el trabajo de menores de quince años; no podrá utilizarse el trabajo de mayores de esta edad y menores de dieciocho años que no hayan terminado su educación básica obligatoria, salvo los casos que apruebe la autoridad laboral correspondiente en que a su juicio haya compatibilidad entre los estudios y el trabajo.”[5]
Con el cambio en la edad mínima para trabajar el INEGI procedió a hacer cambios en la presentación de los datos de la ENOE únicamente tomando en cuenta a la población de 15 años en adelante, señalando:
“Las recomendaciones internacionales en materia de encuestas de fuerza laboral emitidas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), establecen que los países deben procurar difundir los resultados de dichas encuestas para la población en edad de trabajar, preferentemente conforme se establece en las legislaciones nacionales. En cumplimiento de tal recomendación y dada la reciente modificación a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que elevó la edad legal mínima para trabajar de los 14 a los 15 años, el INEGI presenta los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), a partir del cuarto trimestre de 2014, para el universo de la población de 15 años de edad en adelante.”[6]
Tomando estos cambios en cuenta, si por un lado la reducción del desempleo se debe a la creación de empleos precarios, también se explicaría por el aumento en la edad para trabajar. Con dicha modificación se podría confundir una disminución en las tasas de desempleo y desocupación con una disminución real del problema crónico al que se enfrentan millones de personas diariamente en México, añadiendo a quienes la situación ha expulsado a otros países en busca de trabajo.
Dado lo anterior, la tasa de desocupación para el tercer trimestre del 2017 encubre el 75% del desempleo actual, frente a un gobierno que pretende afirmar sus programas de fomento al empleo como un éxito, cuando en realidad, la disminución en las mediciones es en parte al cambio en la edad para trabajar de la población, lo que al principio parece un cambio pequeño, en realidad es una gran modificación cuya finalidad es disminuir los números actuales en el contexto económico actual de nuestro país.
Ejemplificando lo antes mencionado, en los siguientes mapas se muestra las diferencias entre las Tasas de Desocupación -obtenidas con la metodología del INEGI- y de las Tasas de Desempleo -obtenidas con la metodología que sigue el CAM- del tercer trimestre del año 2017, señalando así cómo se encubrió en cada estado el desempleo, y además, revelando cuáles son los estados que presentan los niveles de desempleo más altos.
Durante el cuarto trimestre del 2017, siguiendo la metodología y usando datos del propio INEGI, se tiene que a nivel nacional la Tasa de Desocupación es de 3.3%, siendo Tabasco (6.9%), la CDMX (4.6%) y Querétaro (4.6%) los estados que presentan el mayor porcentaje de población desocupada, mientras que Guerrero (1.6%), Oaxaca (1.7%) y Yucatán (1.7%) son los estados con menor tasa de desocupación.
Para este mismo periodo, usando los datos de INEGI, pero siguiendo la metodología utilizada en el CAM para medir el desempleo, se tiene que a nivel nacional la Tasa de Desempleo es de 12.4%, siendo Veracruz (18.7%), Tabasco (18%) y Morelos (15.3%) los estados con mayor tasa de desempleo; mientras que Yucatán (6.9%), Guerrero (7.2%) e Hidalgo (8.3%) son los estados que presentan menor tasa de desempleo en el país.
Es evidente la diferencia entre una y otra metodología, por un lado, se tiene que la Tasa de Desocupación encubre un 75% del Desempleo a nivel nacional, también que los estados que presentan las mayores Tasas de Desocupación, no son realmente los que presentan las mayores tasas de Desempleo, siendo el caso de Veracruz y Tabasco, los cuales figuran entre los estados con mayor desempleo, a los cuales, se les encubre un 79.0% y un 62.6% de población desempleada respectivamente.
Fuentes de información:
“A lo largo de cinco años, hemos trabajado para generar las condiciones que permitan la creación de empleos que requieren las familias: EPN”. Oficina de Prensa de la Presidencia. 21 de noviembre de 2017. Disponible en: https://www.gob.mx/presidencia/es/prensa/a-lo-largo-de-cinco-anos-hemos-trabajado-para-generar-las-condiciones-que-permitan-la-creacion-de-empleos-que-requieren-las-familias-epn?idiom=es consultado el 13 de enero de 2018.
Centro de Análisis Multidisciplinario, CAM:
Reporte de Investigación 118. “Desempleo y menos paga por más horas de trabajo: Resultados a dos años de la reforma laboral”. Disponible en: http://cam.economia.unam.mx/reporte-de-investigacion-118-desempleo-y-menos-paga-por-mas-horas-de-trabajo-resultados-dos-anos-de-la-reforma-laboral/
Reporte de Investigación 127. “México 2018: Otra derrota social y política a las clases trabajadoras; los aumentos salariales que nacieron muertos”. Disponible en: http://cam.economia.unam.mx/1018-2/
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2005): “Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2005: ENOE, Una Nueva Encuesta para México”, Instituto Nacional de Estadística y Geografía
Organización Internacional del Trabajo (2005): “Resolución sobre estadísticas de la población económicamente activa, del empleo, del desempleo y de subempleo, adoptada por la decimotercera Conferencia Internacional de Estadígrafos del Trabajo”, OIT.
[1] Enrique Peña Nieto. “A lo largo de cinco años, hemos trabajado para generar las condiciones que permitan la creación de empleos que requieren las familias: EPN”. 21 de noviembre de 2017. Disponible en: https://www.gob.mx/presidencia/es/prensa/a-lo-largo-de-cinco-anos-hemos-trabajado-para-generar-las-condiciones-que-permitan-la-creacion-de-empleos-que-requieren-las-familias-epn?idiom=es consultado el 13 de enero de 2018.
[2] Se señalarán las diferencias entre la desocupación y el desempleo.
[3] Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. México. 2005. p.p. 9.
[4] Ibíd.
[5] DECRETO por el que se reforman y derogan diversas disposiciones de la Ley Federal del Trabajo, en materia de trabajo de menores. 12 de junio de 2015. Disponible en: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ref/lft/LFT_ref27_12jun15.pdf consultado el 13 de enero de 2018.
[6] Nota sobre la publicación de los resultados para la población de 15 años y más. 12 de febrero de 2015. Disponible en: http://www.beta.inegi.org.mx/contenidos/proyectos/enchogares/regulares/enoe/doc/nota_result_proy15mas.pdf consultado el 14 de enero de 2018.
Al pueblo de México.
A la comunidad universitaria.
La comunidad del Centro de Análisis Multidisciplinario manifiesta lo siguiente:
Ante los hechos acontecidos a la caravana del CIG, de las y los acompañantes de la Red Sudcaliforniana y nuestra vocera Marichuy el día 14 de febrero, se une solidariamente con gran dolor y tristeza en nuestro corazón a la lamentable perdida de la compañera Eloisa Vega Castro de la Red Sudcaliforniana.
Estaremos pendientes para apoyar lo que requiera el CIG para la pronta recuperación de los compañeros. Mantendremos el apoyo al llamado que hace el CNI y el CIG para continuar con todo el trabajo y actividades encaminados hacia la recolección de dolores y firmas para Marichuy.
¡Nunca más un México sin los pueblos indígenas!