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  • Invitación a contestar la Encuesta de Condiciones de Ocupación en México

    Publicado el domingo 23 de diciembre de 2018 6:52 pm CAM Sin comentarios

    En el Centro de Análisis Multidisciplinario partimos de la premisa básica de que son principalmente los trabajadores y las trabajadoras del campo y la ciudad quienes pueden describir auténticamente sus condiciones de vida y de trabajo. Este cuestionario tiene por objetivo visibilizar dichas condiciones que, no por ser cotidianas, tienen por qué ser invisibles. Se contesta de forma anónima y así contribuyes a tener un diagnóstico desde la perspectiva de quienes directamente producen la riqueza con sus habilidades y esfuerzos día tras día.

    Contéstalo dando click aquí

  • Reporte especial 131: Lo que el gobierno de AMLO no dice al usar nuestras cifras sobre el poder adquisitivo del salario. Nada cambia por decreto

    Publicado el martes 18 de diciembre de 2018 6:21 pm CAM Sin comentarios
    18 de diciembre de 2018

    Trabajador/a mexicano/a:

    El día de ayer en el evento que el gobierno federal denominó “Nueva política de #Salario Mínimo: transitemos de un salario mínimo a un salario digno”, se hizo el anuncio de un incremento de 14 pesos al salario mínimo general diario, mucho menos de lo que cuesta un pasaje de ida y vuelta en transporte público en el Estado de México. En su discurso, la Secretaria de Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde Luján mencionó, entre otras cifras de las que provienen de nuestro trabajo como Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM): “A partir de 1976, año en que se registró el pico más alto, el salario mínimo ha seguido una pauta descendente hasta perder más del 70 por ciento de su poder adquisitivo al día de hoy. Si a inicios de los ochentas, con un salario mínimo se podía comprar 51 kilos de tortilla, para inicios de la década actual sólo podían comprarse 5 kilos. En aquellos años alcanzaba para 8 kilos y medio de huevo, en la presente década sólo alcanza para 1.7. De poder adquirir 18 litros de leche ahora con un salario mínimo se puede comprar únicamente 4.6 litros. Los trabajadores que en la actualidad reciben un salario mínimo tendrían que laborar 3 jornadas más que un trabajador de la década 70’s para mantener el mismo nivel de vida”[1]. Luego, López Obrador mencionó también: “Luisa María dio el ejemplo más claro de cómo hace 25, 30 años, un salario mínimo alcanzaba para comprar 50, 55 kilos de tortilla, y ahora seis kilos de tortilla. De esas dimensiones ha sido la pérdida del poder adquisitivo del salario.”[2] Estas cifras provienen, principalmente, de nuestro Reporte de Investigación No. 116 “México: Fábrica de pobres. Cae 77.79% el poder adquisitivo” y del Reporte de investigación No. 117, ambos publicados en 2014, de los Reportes 120 y 122 del año 2015, de los Reportes No. 123 y 126 del año 2016, del Reporte No. 127 del año 2018 y del Reporte de investigación No. 130 recientemente publicado, así como otros de mayor antigüedad, todos disponibles desde sus respectivas fechas en nuestro sitio web: http://cam.economia.unam.mx

    Ante ello queremos aclarar que además de utilizarlas sin citar la fuente de donde provienen, pensamos que debido a la posición política que tenemos, también se usaron de forma tendenciosa ya que siendo consecuentes con el contexto de los datos no dijeron:

    1. 1. Que las cifras y ejemplos para explicar de forma sencilla el deterioro del poder adquisitivo del salario nacieron para la defensa de las clases trabajadoras, como se ha venido haciendo en el CAM desde hace 40 años y ahora las utilizan convenientemente para legitimar los acuerdos que, sin consultar a los/as trabajadores/as, encumbran precisamente a quienes se han beneficiado de su explotación en el trabajo asalariado. Y son esos vampiros que chupan el trabajo de la gente los que ahora se sientan con el nuevo gobierno a la mesa; las cámaras empresariales (COPARMEX, CONCANACO, CANACINTRA, CONCAMIN, entre otras), el Consejo Coordinador Empresarial, y éstos a su vez coludidos con la dirección de las centrales sindicales de viejo corte priísta, algunas de ellas con 83 años de historia de vivir a costa de los trabajadores que dicen representar, que siempre se han beneficiado de los trabajadores mexicanos y que los mantienen en la pobreza como la CROM, la CROC, la CTM y otras. A eso no se le puede llamar acuerdo con los trabajadores.
    2.  

    3. 2. Que los incrementos al salario mínimo general diario, tanto los de los gobiernos priístas, como panistas, como los de Morena, no pueden ser “salario digno” como se ufanan, porque en realidad son migajas. Como lo denunciamos en nuestro Reporte de Investigación No. 126, “El salario mínimo: un crimen contra el pueblo mexicano” ( Disponible en línea en la siguiente dirección: https://cam.economia.unam.mx/reporte-investigacion-126-salario-minimo-crimen-pueblo-mexicano-cae-11-11-poder-adquisitivo-sexenio-pena-nieto/ ), el despojo acumulado por la diferencia de participación de los salarios en el PIB de 1982 a 2015 es de una magnitud de 15.6 millones de millones de pesos. Es un crimen porque ni con el aumento anunciado ayer alcanza para comer, porque si quieres que te alcance para lo mínimo tienes que trabajar más que un esclavo, y por ser el principal factor en bajar los niveles de vida de las millones de personas que laboran en nuestro país. Además, mientras no se cumpla mínimamente lo que dice la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos -que el salario mínimo debe alcanzar para que un jefe de familia cubra las necesidades en el orden social, material y cultural y para proveer la educación obligatoria de los hijos- esos salarios siguen violando la Constitución Política y continúan siendo un crimen, y ningún gobierno debería llamarle “digno” a un crimen que se siga cometiendo bajo su consentimiento. Por lo demás, ésta es otra confirmación de que no estamos ante un gobierno de izquierda o siquiera progresista.
    4.  

    5. 3. Que con el incremento de 16% al salario mínimo general diario y la inflación promedio de 4.9 % de 2018, como podemos ver en el siguiente cuadro, las clases trabajadoras tendrían que esperar hasta el año 2040 para recuperar el poder adquisitivo del salario de los años ochenta. Y esto sería solamente en alimentos, es decir, faltaría incluir vivienda, transporte, educación, salud, vestido y calzado, cultura y esparcimiento como dice la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. La nueva moneda de cambio es jugar literalmente con la esperanza de la gente; si no te alcanza, que tu hambre y la pobreza espere hasta el año 2040.

    1. 4. Que cuando la Secretaría del Trabajo dice que los trabajadores que actualmente reciben un salario mínimo tendrían que laborar 3 jornadas laborales más que los trabajadores de los años 70 para tener el mismo nivel de vida, se encuentra totalmente en un error. El dato preciso es, que al final del sexenio de Peña Nieto -si por una jornada laboral de 8 horas te pagaran un salario mínimo- entonces solamente para comprar la Canasta Alimenticia Recomendable, tendrías que trabajar 23 horas con 58 minutos, es decir, únicamente para que tú y tu familia puedan comprar alimentos ya que la Canasta Alimenticia Recomendable (CAR) cuesta $264.84 pesos diarios, muy lejos de los $102.68 pesos. Esto quiere decir que tampoco el nuevo salario mínimo alcanza ni para comer. Ahora, para que con un salario mínimo, por cada 8 horas, pudieras alcanzar el mismo poder adquisitivo de los años 70, en los que el salario cubría más que solamente la canasta de alimentos, tendrías que trabajar aproximadamente 67 horas al día (sí, muchas más horas de las que tiene un día), es decir, trabajar 7 veces más de lo que se hacía entonces. Imagina por un momento que la Secretaría del Trabajo, en lugar de anunciarlo ante los empresarios y las centrales sindicales charras, llegara a tu barrio o tu colonia y te dijera que es un salario mínimo general diario digno porque en lugar de tener que trabajar 23 horas con 58 minutos diarios para comer, ahora sólo tienes que trabajar 21 horas diarias, y que te quedan esas 3 horas al día para dormir, transportarte, convivir con tu familia, atender tu salud, etcétera ¿cuál sería tu reacción y la de tu vecina o vecino con ese trato después de llegar totalmente agotado del trabajo?. Es absurdo que eso lo anuncian con bombo y platillo cuando sigue siendo un insulto para las clases trabajadoras.
    2.  

    3. 5. Que el acuerdo del aumento del salario mínimo general diario, se hace sobre la base de la transferencia de 43 mil 300 millones de pesos, que el gobierno pagará en forma de salarios en el programa “Jóvenes construyendo el futuro”, cuyo producto de su trabajo será recibido gratuitamente por los empresarios, sin ningún compromiso. La población ocupada que recibe hasta un salario mínimo, inclusive, es de 8.5 millones. Si en un año normal hay aproximadamente 270 jornadas laborales y en cada una de ellas se aumenta 14 pesos, esa cantidad suma 32 mil 130 millones de pesos, pero el gobierno les transferirá a los empresarios, en forma de trabajo gratuito de los jóvenes un total de 43 mil 300 millones de pesos, es decir 11 mil 170 millones de pesos más de lo que pagarían por todo el aumento de salario junto. Al final, esta mejora no es para el pueblo, es para los empresarios.
    4.  

    5. 6. El papel que han jugado los supuestos representantes del sindicalismo oficial que avalaron estos acuerdos, mejor conocidos como “charros”, es continuar con la justificación y pretender legitimar la explotación y el histórico despojo a los trabajadores, así como continuar socavando los derechos laborales conquistados en sus luchas históricas. ¿Quién puede tomar en serio que oscuros personajes como Carlos Aceves del Olmo, secretario general de la CTM, que incluso fue expulsada de la Confederación Sindical Internacional “por realizar acciones contrarias a defender los derechos de los trabajadores”[3] puede representar los intereses de los sectores obreros? Este es otro burdo montaje en el que se suplanta la voz y derechos laborales de los directamente afectados, como lo ha hecho con los megaproyectos en territorios indígenas o las ceremonias mediáticas para justificar el despojo y la destrucción ambiental.
    6.  

    7. 7. Los datos que se han publicado en los reportes antes mencionados por el Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM, no tienen como último horizonte el salario de ningún tipo, sino llevar la cuenta acerca de cuál es el tamaño de la explotación que empresarios, acreedores y gobiernos han hecho en contra de las clases trabajadoras. Y en todos esos reportes hemos insistido en que todo salario implica que el producto del esfuerzo de quienes hacen mover las máquinas y parir a la tierra, y que está por encima de lo que se les paga, sea del nivel que sea, se lo quedan quienes no trabajaron en producirlo y eso sólo tiene un nombre: EXPLOTACIÓN. Quizá sea por eso que la presidencia pretende usar los datos sin citar la fuente, por la carga política que lleva reconocer que ninguna explotación a millones de trabajadores y trabajadoras puede ser digna, ni de izquierda, ni ningún adjetivo con que traten de maquillarla en el discurso, pero ejercerla en los hechos.
    8.  

    9. 8. Finalmente, no deja de ser una ironía característica de la transformación de cuarta, que quienes generaron esas cifras que ahora se utilizan sin siquiera citarlas, elemento básico de reconocimiento al trabajo de al menos cuatro décadas que lleva este Centro, trabajan en condiciones igualmente precarias en una institución a la que ahora se le ha bajado el presupuesto, y cuyo funcionamiento depende de todo el subsidio que, con su trabajo, hacen profesores y profesoras de asignatura y ayudantes de profesor (que juntos constituyen el 74% de la planta docente de la UNAM), laborando por hora con salarios de miseria, dicho sea de paso, en muchos casos inferiores al salario mínimo general mensual. En su austeridad republicana ¿Cuánto se habrá gastado el gobierno en los asesores que plagiaron nuestro trabajo?

     
    Compañero/a trabajador/a, las cifras y estadísticas que generamos en este Centro, son para tu defensa ante la patronal y para que comprendamos más del entorno político que como trabajadores/as nos toca vivir; úsalas y difúndelas en libertad, ya que ese es su propósito. No concordamos ni remotamente con quienes pretendan usarlas mañosamente, desvirtuarlas o torcerlas para legitimar tu explotación. Y tal y como sucede en otros casos, no será pidiéndoles a los criminales que juzguen su propio crimen como habrá de existir justicia para el pueblo, sino la que organizadamente éste se construya para sí mismo.

    Atentamente

    Comunidad de investigación del
    Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM.

     
    [1] Discurso disponible en https://www.gob.mx/presidencia/videos/nueva-politica-de-salariominimo-transitemos-de-un-salario-minimo-a-un-salario-digno-185364?idiom=es

    [2] Discurso disponible en https://www.gob.mx/presidencia/articulos/mensaje-del-presidente-andres-manuel-lopez-obrador-durante-la-presentacion-de-la-nueva-politica-de-salarios-minimos?idiom=es

    [3] Nota “CTM y a la CROC quedan fuera de la Confederación Sindical Internacional” Disponible en https://www.forbes.com.mx/ctm-y-a-la-croc-quedan-fuera-de-la-confederacion-sindical-internacional/

  • Reporte de Investigación 130. La depredación de las clases trabajadoras durante el desgobierno de Enrique Peña Nieto. La desigualdad salarial en México es producto de la explotación capitalista

    Publicado el martes 18 de diciembre de 2018 7:17 am CAM Sin comentarios

    Introducción

    Es durante el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988) cuando se expresa e inicia claramente lo que sería la Política Neoliberal en México, que fue impuesta por el gran capital financiero internacional, después de haberla aplicado por diversos métodos violentos, legales e ilegales también en otros países del mundo como Chile, Inglaterra, EUA, etcétera.

    El gobierno de Peña Nieto es la síntesis de lo terrorífico de la guerra, que por más de treinta y cinco años han enfrentado las clases trabajadoras del pueblo mexicano. Este gobierno  arrojó como saldo un país de más de 1 mil 500 fosas, de las hasta ahora localizadas en 23 de los 31 estados de la República mexicana; feminicidios; y más de 21 mil desaparecidos. Dicha situación ha marcado la historia y el rumbo de la nación, como lo es el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa  y de los múltiples asesinatos de luchadores sociales.

    El desarrollo macroeconómico del país registró durante el sexenio de Peña Nieto cifras por demás alarmantes como el escueto crecimiento promedio del Producto Interno Bruto (PIB) de 2.3%, estimado por debajo del promedio mundial que fue de 3.4% para el mismo periodo. Otro indicador se encuentra en el tipo de cambio entre el peso mexicano y el dólar norteamericano, dicha paridad pasó de $12.85 en el año 2013 a $20.00 pesos por dólar en  2018; la deuda pasó de 5.7 billones de pesos a más de 11 billones de pesos[1] (incrementándose la deuda de los mexicanos en más de 100%). Cabe preguntarse ¿El dinero qué destino tuvo, a dónde se fue? ¿Quién pagará la deuda?  ¿A qué costo social se pagará? ¿Cuál es el costo económico y político que se paga y se pagará y por cuánto tiempo? Y muchas preguntas más.

    Asimismo, el pueblo trabajador mexicano ha estado pagando por décadas el costo de las políticas de los gobiernos neoliberales, independientemente del color del partido político en turno de los que administran el gobierno, que mediante la denominada alternancia han aplicado políticas salariales y laborales que distan de las verdaderas necesidades de la clase trabajadora y del pueblo mexicano. Marx señalaba que: “(…) El obrero es más pobre cuanta más riqueza produce, cuanto más crece su producción en potencia y en volumen. El trabajador se convierte en una mercancía tanto más barata cuanto más mercancías produce. La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas” (Marx, 1987, pág. 105).  Dicha cita se torna vigente en el análisis actual, para ser más precisos: el salario mínimo perdió 11.46 % de su poder adquisitivo solo durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, que visto en perspectiva con el periodo completo del neoliberalismo ha significado un deterioro acumulado en la pérdida del poder adquisitivo de 88.71%. De manera adicional el desempleo y el empleo se han precarizado de manera galopante, son 7 millones 466 mil trabajadores desempleados, representado una tasa de desempleo del 12.4% para el 2017[2].

    Se podría pensar que hoy se presenta la oportunidad de un respiro para no ahogarnos en el mundo capitalista lleno de adversidades para los asalariados, sobre todo para los muchos que vivimos de nuestro trabajo. Sin embargo, no puede existir un verdadero proyecto de nación sobre aquellas bases que hacen funcionar un capitalismo que ha demostrado que tiene la capacidad de desnaturalizar la esencia de lo humano, buscando compensar el daño incorporando algunas políticas económicas. Es impensable poder pensar que hoy las condiciones de vida de las clases trabajadoras se encuentran exentas de la explotación del hombre por el hombre, sino más bien todo lo contrario, la acumulación de la riqueza capitalista continuará basándose en la agudización de la explotación, la represión, la discriminación y el despojo de las clases trabajadoras. Recordemos que el salario implica de por sí, trabajo impago y apropiación de excedente.

    En la presente investigación presentamos algunos avances de investigación en torno al salario mínimo, el salario real, el poder adquisitivo del salario mínimo, el precio de la Canasta Alimenticia Recomendable (CAR), la inflación real en alimentos, la distribución de los niveles de ingreso en la población ocupada, los trabajadores que trabajan más y pueden comprar menos y el tiempo de trabajo necesario para adquirir la CAR.

    1. 1. Por qué es anticonstitucional el Salario Mínimo en México

    En la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se plasma el carácter jurídico del Artículo 123, Fracción VI, que a la letra dice:

    “Los salarios mínimos que deberán disfrutar los trabajadores serán generales o profesionales. Los primeros regirán en las áreas geográficas que se determinen; los segundos se aplicarán en ramas determinadas de la actividad económica o en profesiones, oficios o trabajos especiales. El salario mínimo no podrá ser utilizado como índice, unidad, base, medida o referencia para fines ajenos a su naturaleza. Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos. Los salarios mínimos profesionales se fijarán considerando, además, las condiciones de las distintas actividades económicas. Los salarios mínimos se fijarán por una comisión nacional integrada por representantes de los trabajadores, de los patrones y del gobierno, la que podrá auxiliarse de las comisiones especiales de carácter consultivo que considere indispensables para el mejor desempeño de sus funciones”.[3]

    Lo anterior es el fundamento constitucional sobre el cual converge el concepto de salario mínimo y su relación con el artículo 90 de la Ley Federal del Trabajo que a la letra dice:

    “Salario mínimo es la cantidad menor que debe recibir en efectivo el trabajador por los servicios prestados en una jornada de trabajo”[4].

    De acuerdo con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para que ésta se respete realmente y no sea violada, el trabajador mexicano deberá recibir por su trabajo (por tiempo o a destajo) un salario mínimo necesario para cubrir las necesidades básicas en orden material: vivienda, alimentación, vestido, calzado, educación, salud, y recreación cultural para él y su familia.

    Para la gran mayoría de la población trabajadora asalariada históricamente ha sido letra muerta el artículo 123. En el cuadro 1 se muestra una fracción de la población ocupada que trabaja y no recibe ingresos base, para el tercer trimestre del 2018 registró la cifra de 3 millones 480 mil trabajadores. Cabe mencionar que mucho de este trabajo es de carácter infantil o ilegal y que se expresa sobre todo en el medio rural y/o en las ciudades industriales maquiladoras.

    Con la implementación de la reforma laboral en diciembre del 2012, una de las múltiples consecuencias encuentra lugar con la profundización en el proceso de desvalorización del mercado de trabajo, hermanado con una caída de tipo monetario del salario, en términos nominales. En el cuadro 1 se demuestra lo siguiente:

    • Primero: el mayor porcentaje de población ocupada por niveles de ingreso se concentra en el rango de 1 salario mínimo y hasta 3 salarios mínimos. Tendencia que se ha acentuado en los últimos años;
    • Segundo: la población que se encuentra con niveles de ingreso de 3 salarios mínimos hasta 5 salarios mínimos ha descendido, pasó en 2013 de 7 millones 894 mil trabajadores a 6 millones 908 mil trabajadores en 2018.
    • Tercero: Se ha generalizado una práctica en la contratación, en la que se paga por menos dinero los mismos trabajos y con menos prestaciones, es en este sentido que se puede entender la tendencia en la que ha aumentado la población que se encuentra en el nivel de ingreso de 1 salario mínimo hasta 3 salarios mínimos, esto es, que para el 2013 pasó de 29 millones 800 mil trabajadores a 33 millones 500 mil para el tercer trimestre del 2018.

    Lo siguiente que habría que considerar en el análisis del carácter anticonstitucional del salario se relaciona con el salario real, mismo que se explica con las fluctuaciones en los precios de los productos básicos que deberían consumir los trabajadores y de cómo estas oscilaciones pueden impactar en sus niveles de consumo. Dicha situación tiene que ver con la falta, abandono de la regulación y control real de precios como política pública (relación precios-salarios) del Estado mexicano, incurriendo en el incumplimiento del artículo 28 constitucional, párrafo tercero, que a la letra dice:

    “Las leyes fijarán bases para que se señalen precios máximos a los artículos, materias o productos que se consideren necesarios para la economía nacional o el consumo popular, así como para imponer modalidades a la organización de la distribución de esos artículos, materias o productos, a fin de evitar que intermediaciones innecesarias o excesivas provoquen insuficiencia en el abasto, así como el alza de precios. La ley protegerá a los consumidores y propiciará su organización para el mejor cuidado de sus intereses”

    En agosto de 1982 es declarada la denominada crisis de la deuda, que da paso al modelo neoliberal, la Gráfica 1 muestra el comportamiento de los salarios reales, cuando comienza la caída estrepitosa del salario real que ha implicado el rezago en los niveles de vida y en el aumento de la pobreza para los trabajadores.

    Entender al capitalismo y en particular el neoliberalismo durante los últimos 36 años, implica ubicar al salario real como un indicador que nos permita explicar el tamaño del nivel de despojo que hemos sufrido los trabajadores.

    Gráfica 1.

    1. 2. Las clases trabajadoras cada vez trabajan más tiempo y más años, pero paradójicamente pueden consumir menos

    El análisis del tamaño del despojo al que hemos sido sujetos como trabajadores implica necesariamente relacionarlo con el poder adquisitivo del salario y el tiempo de trabajo necesario destinado para comprar la CAR[5].

    Podemos observar en el cuadro 2 los siguientes elementos sobre los niveles de ingreso y consumo de la clase trabajadora:

    • Primero: La correlación entre el salario mínimo nominal general y el precio de la CAR demuestra que durante el neoliberalismo, producto de las políticas salariales del Estado mexicano, se haya generado como saldo un aumento de 24,274 % del salario mínimo general, frente al 215,075 % registrado en el precio de la CAR. Es decir, el incremento acumulado en 36 años significó para la clase trabajadora, que por cada peso que le aumentaban al salario mínimo subieran prácticamente 10 pesos del precio de la CAR, lo cual fue consecuencia de la nula regulación e intervención del Estado sobre los precios de los productos básicos en complicidad con el capital, no así con el salario mínimo, mismo que ha sido controlado y regulado con las políticas salariales del Estado mexicano durante la fase del neoliberalismo.
    • Segundo: Del punto anterior se desprende la importancia de un indicador como el poder adquisitivo del salario, herramienta con la cual la clase trabajadora puede saber el tamaño del despojo que ha enfrentado y al que ha sido sujeta, teniendo como consecuencia el empobrecimiento generalizado y sistemático de los trabajadores mexicanos. El saldo del 1 de enero de 1982 al 26 de octubre del 2018 arroja una pérdida acumulada del poder adquisitivo del salario del 88.71% -utilizando como referencia la CAR, misma que considera productos básicos de orden alimentario y, que son alimentos sin procesar-. El tamaño del despojo es gigantesco, equivale a tener hoy en día un poder de compra en términos reales de tan solo 11 centavos de un peso de 1982, la pregunta es quién se quedó y por qué con los 89 centavos restantes de cada peso generado por el trabajador.

    • Tercero: Para el 1 de enero de 1982 con un salario mínimo general se podían comprar prácticamente tres CAR, para el mismo año con solo 4 horas trabajo se podía generar el salario para comprar una CAR. Sin embargo, para el 26 de octubre del 2018, con un salario mínimo general tan solo se podía comprar un tercio (33%) de esa misma Canasta de Alimentos y ahora en 2018 se requieren trabajar 23 horas con 58 minutos para poder comprar una CAR.

     

    Gráfica 2.

    En la Gráfica 2 podemos ver el nivel de desigualdad y pobreza que se ha generado en el neoliberalismo, por un lado, se grafica el comportamiento del salario mínimo general y por el otro el precio de la CAR.

    En la Tabla 1, podemos ver lo que las familias trabajadoras en México han dejado de consumir en lo que va del neoliberalismo, y que se ha traducido en un deterioro en los hábitos de consumo alimenticios y de la salud de los mexicanos.

    Hablar de una reducción del poder adquisitivo del salario del 88.71% significa que las familias mexicanas estén modificando la frecuencia y la calidad con la que consumen la tortilla, la carne, el huevo, la leche, etcétera. En esta condición se encuentran 36 millones 992 trabajadores[6] que tienen un salario con el que difícilmente podrán comprar una CAR, y que dicha cifra representa el 68.47 % del total de la población ocupada para el tercer trimestre del 2018.

    Tabla 1.

    • En el sexenio de Enrique Peña Nieto la pérdida del poder adquisitivo del salario alcanzó el 11.46%

    Durante el sexto informe de gobierno de Enrique Peña Nieto (2013-2018) se afirmó como  discurso oficialista que “(…) El salario mínimo general acumuló una recuperación del poder adquisitivo de 17%, la más alta para un periodo similar en las últimas siete administraciones (…)”[7]. Dicha aseveración, además de ser completamente falsa, resulta un insulto y una muestra clara del proceder con el que legislan quienes han operado e instrumentado las políticas públicas que hoy tienen sumida en la pobreza a millones de familias trabajadoras. Asimismo, deja en completa evidencia el nivel de ignorancia y su compromiso con los intereses del gran capital de Enrique Peña Nieto y su costoso equipo de asesores que no logran distinguir las diferencias entre salario nominal y salario real.

    Gráfica 3.

    En el cuadro 3 y la gráfica 3 se muestra que la caída del poder adquisitivo del salario fue del 11.46% durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, aumentando el tiempo que se debe trabajar para poder adquirir una CAR, para el 1 de enero del 2013 se requerían trabajar 21 horas con 13 minutos y, para el 26 de octubre del 2018 alcanzó las 23 horas con 58 minutos como se ilustra en la gráfica 4.

    Gráfica 4.

    Con una política sindical de Estado basada en el control corporativo del sindicalismo se han impulsado políticas de normalización bajo un esquema laboral en el que las clases trabajadoras han tenido que enfrentar un mercado de trabajo que exige la disminución generalizada de los salarios y las prestaciones en beneficio de la acumulación de capital.

    Por lo que no es casual para los trabajadores el aumento sistemático del tiempo de trabajo necesario que deben de destinar para poder adquirir los bienes indispensables. En la gráfica 5 podemos observar el aumento tendencial del tiempo de trabajo necesario, en 1988 se reconocían por el gobierno un total de 2 millones 336 mil trabajadores que comenzaban a romper la frontera de las 48 horas de trabajo por semana, sin embargo, para el 2018 la cifra alcanza los 15 millones 317 mil, aumentando 655.0 % en 30 años. Actualmente los trabajadores de manera normal trabajan diariamente jornadas de trabajo de hasta 16 horas para tratar de conseguir el salario suficiente que les permita satisfacer sus necesidades mínimas indispensables.

     

    Gráfica 5.

    A manera de conclusión:

    Los gobiernos neoliberales han buscado mecanismos para  matizar la verdadera causa del rezago y el deterioro en los niveles salariales de la gran mayoría de la clase trabajadora, que como consecuencia ha traído un empobrecimiento sistemático para los trabajadores mexicanos, haciendo posicionamientos como los del reciente presidente Andrés Manuel López Obrador en el que afirmó que la teoría de la explotación no aplicaba para el caso de México, aseveración hecha durante un discurso de campaña a la presidencia en los reyes Acaquilpan, Estado de México mencionando que: “desde una posición de los académicos más clásicos y teóricos que se quedaron con la idea de que la desigualdad se produce por la explotación que se hace de los trabajadores, que el burgués explota al proletario, que se va acumulando ganancia y que esas utilidades se las apropia el dueño de los medios de producción y que por eso es la desigualdad y la pobreza, pero en México no aplica esa teoría del todo, aquí las grandes fortunas se han acumulado mediante la corrupción, al amparo del poder público, por eso vamos a que no haya corrupción, se va a separar el poder económico del poder político”[8]. En primer lugar este tipo de visiones omiten vehementemente el origen y la reproducción de la formación social del capitalismo, y más bien son producto de una posición de clase que busca en el discurso anular la lucha de clases, sustituyéndola por el sujeto. Asimismo, tanto la explotación como la corrupción, son dos caras de la misma moneda, y se presentan como algunos de los mecanismos naturales en el capitalismo para obtener ganancia lícita e ilícita.

    Por último, los recursos monetarios con los que enfrenta un capitalista la corrupción para mantener u obtener una mayor ganancia será evadiendo sus responsabilidades. Por ejemplo, en el orden fiscal con los impuestos, en lo jurídico, en lo político, etcétera, jamás pondrá ese dinero de su bolsillo el capitalista, sino más bien lo obtendrá expropiándolo de los trabajadores a partir de intensificar la explotación. Por lo que si disminuyera la corrupción no dejará de existir la explotación ergo la desigualdad en los niveles de salariales.

    Por lo anterior, tanto la propuesta patronal de incremento al salario mínimo general que se ha mencionado en voz de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), planteando que se incremente de 88.36 a 98.15 pesos diarios el salario para el año 2019[9], pero que a su vez, considera como poco probable llegar a los 176 pesos diarios hacia el final del sexenio del Presidente Andrés Manuel López Obrador; así como la propuesta del actual gobierno en voz de María Luisa Alcalde titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS), la cual proyecta 100 pesos diarios para el año 2019, aumentando el salario mínimo general anualmente hasta llegar a los 176 pesos diarios hacia el final del sexenio en el 2024[10]. Frente a la histórica acumulación en el deterioro del poder adquisitivo del salario, las dos propuestas se plantean en un escenario completamente anticonstitucional lo cual continua con la tradición del antiguo régimen de corromper el espíritu de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,  tan grave e insolvente resulta el posicionamiento del actual gobierno que no revertirán ni su carácter anticonstitucional, ni revertirán el nivel de deterioro en los ingresos de los trabajadores mexicanos, aunque subieran el salario mínimo general a 200 pesos diarios, resultarían insuficientes recordando y colocando como un primer parámetro que el precio diario de la CAR al 26 de octubre del 2018 es de $ 264.84 pesos diarios.

    Otra contracción y absurdo que salta a la vista

    El anterior gobierno de Enrique Peña Nieto ofreció “empleos” a los miembros de la caravana migrante de Centroamérica, como política de contención tratando de evitar que crucen la frontera de Estados Unidos. Sin embargo, que tipo de empleos precarios podría ofrecer el gobierno mexicano (en la gráfica 6 podemos observar que desde el 2014 a la fecha el salario en Honduras ha sido superior por mucho al de México), para el año 2018, haciendo en la comparación una equivalencia de los salarios en dólares, Honduras tiene un salario mínimo promedio de 14.62 dólares por jornada de trabajo de 8 horas, mientras que México tiene un salario mínimo general de 4.35 dórales  por jornada de trabajo de 8 horas, lo cual representa una diferencia a favor de Honduras del 236 %.

    Para los migrantes centroamericanos la posibilidad del “sueño mexicano” que les vendía el gobierno de Enrique Peña Nieto y ahora el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ¿Podría ser realmente una opción?

     

     

     

    Gráfica 6.

    Pensamos que para hablar de un “salario justo” en realidad se debería presuponer resarcir el nivel histórico del despojo al que hemos sido sujetos los trabajadores mexicanos producto de la explotación de la fuerza de trabajo. Sin embargo, poco abona colocar argumentos en los que se encuentran velados los verdaderos intereses por aumentar el salario mínimo general en México. Vivimos un mercado de trabajo completamente subordinado a las necesidades de la acumulación de capital, pensamos que los aumentos al salario mínimo general que vendrán no deberían enfocarse en un incremento de la productividad del trabajo, hablar de duplicar el monto del salario en México es entender que seguramente quedará acompañado de un aumento en la productividad de la fuerza de trabajo no solo en la misma proporción del incremento al salario, sino que inclusive será aún mayor y que es la manera en la que opera un proceso de profundización de la explotación de la fuerza de trabajo, lo cual en el fondo mantendría en beneficio del capitalista una fuerza de trabajo mexicana competitiva, productiva y además como una de las más baratas a nivel mundial. Así se puede observar en las Gráficas 7 y 8.

    Gráfica 7.

    Gráfica 8.

     

    Por todo lo anterior, planteamos las siguientes interrogantes:

    ¿Que el salario mínimo en México siga siendo anticonstitucional también se pondrá a consulta?

    ¿En el mundo y en el país en donde vivimos podría existir un salario justo?

    ¿Por qué los ministros del Suprema Corte de la Nación no se han  pronunciado sobre si con  el actual salario mínimo viola o no la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos?

    ¿Por qué ha existido durante muchos años un silencio absoluto de Poder Legislativo, ejecutivo y judicial sobre el carácter anticonstitucional del salario mínimo general?

     

    Bibliografía y/o fuentes de información

    CONASAMI

    INEGI, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, septiembre 2018.

    Carlos Marx, Manuscritos Economía y Filosofía, Editorial Alianza, 1987, Madrid.

    Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

    Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM): Facultad de Economía UNAM. Encuestas directas. Varios años.

    [1] Datos del Banco de México.

    [2] Reporte de Investigación 129. Los empleos que no necesitan los trabajadores mexicanos: el presidente del empleo precario. Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM, febrero de 2018. Pág. 6.

    [3] Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Consultada el día 5 de diciembre. Disponible en: https://www.juridicas.unam.mx/legislacion/ordenamiento/constitucion-politica-de-los-estados-unidos-mexicanos

    [4] En este reporte haremos énfasis en el salario que es considerado de base o directo y que es el efectivo que recibe un trabajador por su trabajo.

     

    [5] La Canasta Alimenticia Recomendable (CAR) fue diseñada por el Dr. Abelardo Ávila Curiel del Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán, se encuentra conformada por 40 alimentos, sin incluir los gastos que requieren su preparación, ni tampoco el pago de renta en vivienda, el transporte, vestido, calzado, aseo personal y muchos otros bienes y servicios que entran dentro del consumo de una familia, sólo es en lo referente al costo de alimentos básicos. La CAR es una canasta ponderada, de uso y consumo diario, para una familia mexicana de 4 personas (2 adultos, un/a joven y un/a niño/a) en la que se toman en cuenta aspectos nutricionales, de dieta, de tradición y hábitos culturales.

    [6] El dato considera a los trabajadores ocupados que no perciben ingresos más los que se encuentran en el nivel de ingreso de entre 1 salario mínimo y hasta 3 salarios mínimos, cifra para el tercer trimestre del 2018.

    [7] Sexto Informe de Gobierno (2017-2018), Estados Unidos Mexicanos, Presidente Enrique Peña Nieto, Pág.XX.

    [8]El neoliberalismo que continúa con AMLO, Desinformemonos, 2 de julio 2018. Disponible en internet: https://desinformemonos.org/neoliberalismo-continua-amlo/ Consultado el 9 de diciembre del 2018.

    [9]CONASAMI revisa todas las propuestas sobre aumento al salario mínimo, El Economista, 27 de septiembre 2018. Disponible en internet: https://www.eleconomista.com.mx/empresas/Conasamirevisatodas-las-propuestas-sobre-aumento-al-salario-20180927-0072.html Consultado el 2 de diciembre 2018.

    [10] Nuevo gobierno trabajará por salarios dignos: Luisa María Alcalde, La Jornada, 3 de diciembre 2018. Disponible en internet: https://www.jornada.com.mx/ultimas/2018/12/03/nuevo-gobierno-trabajara-por-salarios-dignos-luisa-maria-alcalde-3849.html Consultado el 4 de diciembre 2018.

  • Reporte de Investigación 129. Los empleos que no necesitan las familias mexicanas: El presidente del empleo precario

    Publicado el martes 15 de mayo de 2018 8:02 pm CAM Sin comentarios

     

     

    Introducción

    La generación de empleos es una de las banderas que más se enarbolan en el sexenio actual, aunque sean con salarios de hambre, con nulas prestaciones laborales, sin acceso a instituciones de salud y/o con extensas jornadas de trabajo, en concreto son empleos precarios, que de manera desvergonzada el presidente Enrique Peña Nieto señala son los empleos que requieren las familias mexicanas:

    “A lo largo de cinco años, en el Gobierno de la República hemos trabajado para generar las condiciones que permitan a los empresarios crear los empleos que requieren las familias mexicanas” […] “El fortalecimiento del empleo inició en noviembre de 2012 con la Reforma Laboral, que sentó las bases  de un mercado de trabajo más dinámico, flexible e incluyente.”[1]

    Ya han pasado más 5 años desde que se aprobó la Reforma Laboral, la precarización laboral continúa su marcha implacablemente, si bien los niveles de desempleo han bajado -en parte gracias a cambios metodológicos que habremos de señalar- los niveles de ingreso continúan mostrando un empobrecimiento general para gran parte de la población ocupada, de igual manera la tendencia de  trabajar más horas aumenta rápidamente.

    En el presente reporte de investigación retomaremos el seguimiento sobre el comportamiento del empleo y desempleo en México: La tendencia de los ingresos y las jornadas de trabajo en los últimos cinco años, el desempleo,[2] y las modificaciones a la Ley Federal del Trabajo que trata de ocultar un precarizado mercado laboral mal pagado y con largas jornadas que no necesitan las familias mexicanas pero si los empresarios.

    1. Los Ingresos y las Jornadas de Trabajo a cinco años de la Reforma Laboral

    En el Cuadro 1 se muestra a la población ocupada por niveles de ingreso de 2012 a 2017, a cinco años de la reforma laboral la población que recibe de 0 a 3 salarios mínimos ha aumentado en más de 3 millones 779 mil personas, un incremento del 66.2% al 68.3% respecto al total de la población ocupada. La tendencia es contraria si se observa la población que gana más de tres salarios mínimos, en 2012 eran 11, 332, 356 personas, para 2017 se había reducido a 9, 125, 132 personas, es decir pasó del 23.2% al 17.3% respecto al total de ocupados/as. Los trabajadores mexicanos no sólo han visto disminuir su poder adquisitivo en un 13.42% durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, (Ver el reporte 127 del CAM) ahora la tendencia es ver también disminuir su salario nominal.

    Mientras los salarios nominales disminuyen, las jornadas de trabajo continúan incrementándose. Al retomar la cifra de la población ocupada y separándola en dos segmentos de acuerdo a la duración de la jornada laboral, de 2012 a 2017 la población que trabaja menos de 35 horas aunque disminuye proporcionalmente del 25% al 23.3%, aumenta en términos absolutos en más de 107 mil personas.

    Por otro lado, la población que trabaja 35 horas o más, aumentó en 3 millones 728 mil personas, creció del 72.6% al 74.1%, si observamos detalladamente, los trabajadores que laboran de 35 a 48 horas a la semana son el grupo que más aumenta de 2012 a 2017 en casi 3 millones de personas, esto nos habla de una generalización en la prolongación de la jornada laboral que es entendible si tan sólo para conseguir la Canasta Alimenticia Recomendable (CAR) son ya necesarias 24 horas con 31 minutos, es decir, cada vez se tiene que trabajar más tiempo para adquirir -contradictoriamente- menos alimentos para poner en la mesa del hogar (Ver el reporte 127 del CAM).

    1. Diferencias en la medición del desempleo y la desocupación

    La desocupación es medida por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) a través de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en esta nos dice: “Para ser un desocupado abierto no basta entonces el presentar una situación (estar sin trabajo), sino además exige el tener un comportamiento (adoptar acciones de búsqueda). Esta precisión es clave porque con frecuencia se confunde la expresión “personas sin trabajo” con la de “desocupados abiertos”, cuando en realidad ésta última tiene una condición adicional que conceptualmente hace la diferencia: un individuo sin trabajo pero que no busca (o ha desistido de buscarlo) no forma parte de la desocupación abierta porque no se está comportando como un oferente de servicios laborales”.[3]

    Y continúa advirtiéndonos que no mide el desempleo, sino la desocupación: “De ahí que la desocupación abierta no sea, ni pretenda ser, la magnitud que exprese cuánta gente necesita trabajar en un lugar y momento determinados o la medida de cuán grande es el déficit de oportunidades laborales: en realidad lo que la desocupación abierta indica es la magnitud de la población que se comporta como buscadora de trabajo (esto es, cuántos individuos apuestan a su inserción en un mercado laboral) ante un déficit dado oportunidades.”[4]

    Para  medir la tasa de desocupación (no el desempleo) el INEGI utiliza el siguiente método: mide el número de personas desocupadas (Pd) por cada 100 personas económicamente activas, de forma que la Tasa de desocupación=(Pd/PEA)*100, en donde la PEA es la Población Económicamente Activa, que cumple dos condiciones: 1) las personas de 15 años en adelante, y 2) que se divide en Población Ocupada (la que actualmente tiene un empleo) y Desocupada (no tiene empleo y buscó uno durante el último mes).

    En el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM hemos seguido de cerca las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en materia de medición del desempleo, debido a que consideramos se aproxima mejor a la realidad en comparación con otras mediciones brindadas por el Gobierno cuyo objetivo es ocultar los niveles reales de desempleo en el país. La OIT establece respecto a la medición del desempleo lo siguiente:

    “…En situaciones en que los medios convencionales de búsqueda de empleo son insuficientes, en que el mercado laboral está bastante desorganizado o es de alcance limitado, en que la absorción de la mano de obra es, en el momento considerado, inadecuada, o en que la fuerza de trabajo está compuesta principalmente por personas con empleo independiente, la definición estándar de desempleo dada en el subpárrafo 1) anterior puede aplicarse suprimiendo el criterio de búsqueda de empleo.”(OIT, 2005)

    Siguiendo la recomendación de la OIT se construye una nueva metodología:

    Para medir la tasa de desocupación el INEGI no contempla a la Población Disponible, que es aquella que aunque quiere trabajar no tiene trabajo y no lo busca porque no cree encontrarlo o porque ya se cansó de buscarlo, misma que se encuentra contabilizada dentro de la Población No Económicamente Activa (PNEA). Esta última clasificación incluye también a la población no disponible (aquella población que no desea incorporarse al mercado laboral).

    Debido a que el INEGI no toma en cuenta la población disponible existe un enorme sesgo en la medición de la tasa de desocupación, ya que la diferencia entre la población desocupada y la población disponible se encuentra en el tiempo de búsqueda de un empleo. La población desocupada es la que busca trabajo en el último mes y que aún no lo consigue, mientras que la población disponible es aquella que quiere trabajar, no tiene empleo y no lo buscó durante el último mes porque no cree encontrarlo, es decir, presenta una situación crónica de desempleo.

    Considerando ahora a la Población Disponible, se propone la siguiente tasa de desempleo:

    Tasa de Desempleo= (Población desocupada + Población disponible) / (PEA + Población disponible)

    Con la metodología anterior tenemos para el tercer trimestre de 2017 una tasa de desempleo del 12.4%; como se observa en el Cuadro 3 el desempleo -al igual que la desocupación- han ido disminuyendo, sin embargo, esta disminución es claramente a costa de generar empleos precarios como lo constatamos en el Cuadro 1 y 2.

     

    1. La reforma al Artículo 22 de la Ley Federal del Trabajo

    Es necesario mencionar que en el 2015 se decidió modificar la edad de la población para trabajar bajo el argumento de “proteger a los niños del trabajo en condiciones precarias”, esto dió pie a la modificación del Artículo 22 de la Ley Federal del Trabajo en donde se cambió la edad de la población para trabajar, pasando de 14 a 15 años de edad. Asimismo, se cambió el Artículo 22. Bis resultando lo siguiente:

    “Queda prohibido el trabajo de menores de quince años; no podrá utilizarse el trabajo de mayores de esta edad y menores de dieciocho años que no hayan terminado su educación básica obligatoria, salvo los casos que apruebe la autoridad laboral correspondiente en que a su juicio haya compatibilidad entre los estudios y el trabajo.”[5]

    Con el cambio en la edad mínima para trabajar el INEGI procedió a hacer cambios en la presentación de los datos de la ENOE únicamente tomando en cuenta a la población de 15 años en adelante, señalando:

    “Las recomendaciones internacionales en materia de encuestas de fuerza laboral emitidas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), establecen que los países deben procurar difundir los resultados de dichas encuestas para la población en edad de trabajar, preferentemente conforme se establece en las legislaciones nacionales. En cumplimiento de tal recomendación y dada la reciente modificación a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que elevó la edad legal mínima para trabajar de los 14 a los 15 años, el INEGI presenta los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), a partir del cuarto trimestre de 2014, para el universo de la población de 15 años de edad en adelante.”[6]

    Tomando estos cambios en cuenta, si por un lado la reducción del desempleo se debe a la creación de empleos precarios, también se explicaría por el aumento en la edad para trabajar. Con dicha modificación se podría confundir una disminución en las tasas de desempleo y desocupación con una disminución real del problema crónico al que se enfrentan millones de personas diariamente en México, añadiendo a quienes la situación ha expulsado a otros países en busca de trabajo.

    Dado lo anterior, la tasa de desocupación para el tercer trimestre del 2017 encubre el 75% del desempleo actual, frente a un gobierno que pretende afirmar sus programas de fomento al empleo como un éxito, cuando en realidad, la disminución en las mediciones es en parte al cambio en la edad para trabajar de la población, lo que al principio parece un cambio pequeño, en realidad es una gran modificación cuya finalidad es disminuir los números actuales en el contexto económico actual de nuestro país.

    1. El mapa de la desocupación y el desempleo en México, 2017

    Ejemplificando lo antes mencionado, en los siguientes mapas se muestra las diferencias entre las Tasas de Desocupación -obtenidas con la metodología del INEGI- y de las Tasas de Desempleo -obtenidas con la metodología que sigue el CAM- del tercer trimestre del año 2017, señalando así cómo se encubrió en cada estado el desempleo, y además, revelando cuáles son los estados que presentan los niveles de desempleo más altos.

    Durante el cuarto trimestre del 2017, siguiendo la metodología y usando datos del propio INEGI, se tiene que a nivel nacional la Tasa de Desocupación es de 3.3%, siendo Tabasco (6.9%), la CDMX (4.6%) y Querétaro (4.6%) los estados que presentan el mayor porcentaje de población desocupada, mientras que Guerrero (1.6%), Oaxaca (1.7%) y Yucatán (1.7%) son los estados con menor tasa de desocupación.

    Para este mismo periodo, usando los datos de INEGI, pero siguiendo la metodología utilizada en el CAM para medir el desempleo, se tiene que a nivel nacional la Tasa de Desempleo es de 12.4%, siendo Veracruz (18.7%), Tabasco (18%) y Morelos (15.3%) los estados con mayor tasa de desempleo; mientras que Yucatán (6.9%), Guerrero (7.2%) e Hidalgo (8.3%) son los estados que presentan menor tasa de desempleo en el país.

    Es evidente la diferencia entre una y otra metodología, por un lado, se tiene que la Tasa de Desocupación encubre un 75% del Desempleo a nivel nacional, también que los estados que presentan las mayores Tasas de Desocupación, no son realmente los que presentan las mayores tasas de Desempleo, siendo el caso de Veracruz y Tabasco, los cuales figuran entre los estados con mayor desempleo, a los cuales, se les encubre un 79.0% y un 62.6% de población desempleada respectivamente.

     

     

     

    Fuentes de información:

    “A lo largo de cinco años, hemos trabajado para generar las condiciones que permitan la creación de empleos que requieren las familias: EPN”. Oficina de Prensa de la Presidencia. 21 de noviembre de 2017. Disponible en: https://www.gob.mx/presidencia/es/prensa/a-lo-largo-de-cinco-anos-hemos-trabajado-para-generar-las-condiciones-que-permitan-la-creacion-de-empleos-que-requieren-las-familias-epn?idiom=es consultado el 13 de enero de 2018.

    Centro de Análisis Multidisciplinario, CAM:

    Reporte de Investigación 118. “Desempleo y menos paga por más horas de trabajo: Resultados a dos años de la reforma laboral”. Disponible en: http://cam.economia.unam.mx/reporte-de-investigacion-118-desempleo-y-menos-paga-por-mas-horas-de-trabajo-resultados-dos-anos-de-la-reforma-laboral/

    Reporte de Investigación 127. “México 2018: Otra derrota social y política a las clases trabajadoras; los aumentos salariales que nacieron muertos”. Disponible en: http://cam.economia.unam.mx/1018-2/

    Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2005): “Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2005: ENOE, Una Nueva Encuesta para México”, Instituto Nacional de Estadística y Geografía

    Organización Internacional del Trabajo (2005): “Resolución sobre estadísticas de la población económicamente activa, del empleo, del desempleo y de subempleo, adoptada por la decimotercera Conferencia Internacional de Estadígrafos del Trabajo”, OIT.

     

    [1] Enrique Peña Nieto. “A lo largo de cinco años, hemos trabajado para generar las condiciones que permitan la creación de empleos que requieren las familias: EPN”. 21 de noviembre de 2017. Disponible en: https://www.gob.mx/presidencia/es/prensa/a-lo-largo-de-cinco-anos-hemos-trabajado-para-generar-las-condiciones-que-permitan-la-creacion-de-empleos-que-requieren-las-familias-epn?idiom=es consultado el 13 de enero de 2018.

    [2] Se señalarán las diferencias entre la desocupación y el desempleo.

    [3] Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. México. 2005. p.p. 9.

    [4] Ibíd.

    [5] DECRETO por el que se reforman y derogan diversas disposiciones de la Ley Federal del Trabajo, en materia de trabajo de menores. 12 de junio de 2015. Disponible en: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ref/lft/LFT_ref27_12jun15.pdf consultado el 13 de enero de 2018.

    [6] Nota sobre la publicación de los resultados para la población de 15 años y más. 12 de febrero de 2015. Disponible en: http://www.beta.inegi.org.mx/contenidos/proyectos/enchogares/regulares/enoe/doc/nota_result_proy15mas.pdf consultado el 14 de enero de 2018.

  • Pronunciamiento del CAM sobre los hechos acontecidos a la caravana del CIG y el fallecimiento de Eloisa Vega Castro

    Publicado el lunes 19 de febrero de 2018 1:44 pm CAM Sin comentarios

    Al pueblo de México.

    A la comunidad universitaria.

    La comunidad del Centro de Análisis Multidisciplinario manifiesta lo siguiente:

    Ante los hechos acontecidos a la caravana del CIG, de las y los acompañantes de la Red Sudcaliforniana y nuestra vocera Marichuy el día 14 de febrero, se une solidariamente con gran dolor y tristeza en nuestro corazón a la lamentable perdida de la compañera Eloisa Vega Castro de la Red Sudcaliforniana. 

    Estaremos pendientes para apoyar lo que requiera el CIG para la pronta recuperación de los compañeros. Mantendremos el apoyo al llamado que hace el CNI y el CIG para continuar con todo el trabajo y actividades encaminados hacia la recolección de dolores y firmas para Marichuy.

    ¡Nunca más un México sin los pueblos indígenas!

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