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  • Reporte de Investigación 119. “La deuda que todos los mexicanos debemos de pagar: Entre la histórica irresponsabilidad, el despilfarro y la corrupción gubernamental y la avaricia de los prestamistas internacionales”

    Publicado el domingo 15 de febrero de 2015 11:42 pm CAM Sin comentarios

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    Contenidos:

    • Problemática: [ir]
    • Antecedentes: La crisis de deuda de 1980 [ir]
    • Recetas neoliberales para renegociar la deuda: Una Historia de intentos fallidos [ir]
    • Endeudamiento del Sector Público: Evolución Histórica y Análisis Sexenal [ir]
    • Composición de la Deuda Pública [ir]
    • Características de la Deuda Interna [ir]
    • Balance del Sector Público [ir]
    • Un vistazo al Plan Nacional de Desarrollo de Felipe Calderón (2006-2012) [ir]
    • El contraste con la realidad [ir]
    • El falso discurso de un México Próspero: El Plan Nacional de Desarrollo (PND) de Enrique Peña Nieto (2012-2018) [ir]
    • El contraste con la realidad: Un México, en la histórica y profunda miseria [ir]
    • A manera de pronóstico [ir]
    • Fuentes [ir]
    • Notas al pie [ir]


      Problemática:

    Desde que en Agosto de 1982 estallara una crisis derivada del aumento incesante de la deuda externa de México, los años subsecuentes estarían marcados por continuas renegociaciones y la contratación de nuevos préstamos bajo condiciones cada vez más desfavorables para el país. La situación apremiante que atravesaba el gobierno mexicano marcada por el desequilibrio de sus finanzas públicas lo hizo aceptar préstamos bajo cláusulas demasiado onerosas, que incluían la modificación de su política económica y social, junto con la aceptación de las directrices impuestas desde el exterior por los organismos financieros internacionales y el gobierno de los Estados Unidos. A la postre, las modificaciones realizadas en México por los gobiernos en turno se reflejarían, desde entonces y hasta ahora, en grandes costos económicos, políticos y sociales, ejemplo de ello es el histórico mediocre crecimiento del país, la cada vez mayor incapacidad para generar empleos y la progresiva precarización del nivel de vida de la población en general.

    A más de 30 años del estallido de la crisis provocada por el endeudamiento irresponsable del gobierno, la política adoptada por las autoridades ha sido la de mantener a cualquier costo la misma política macroeconómica en equilibrio, pese a que ello comprometa el crecimiento y la atención de los problemas más apremiantes que experimenta la sociedad mexicana, como lo es el aumento de la pobreza, la inseguridad, la violencia, la corrupción, etc.

    Pareciera ser que la severa lección que dejó la crisis de deuda de los años ochenta ha sido olvidada, y el comportamiento irresponsable en el manejo de las finanzas públicas se ha vuelto una tradición en el accionar de las últimas gestiones presidenciales. En realidad, la lógica que siguen las autoridades económicas y políticas es la de contribuir a acrecentar lo más posible la deuda del país.

    Para los responsables de la conducción económica del país, el endeudamiento se ha constituido como la panacea a todos los males que atraviesan las finanzas públicas. Incluso, pareciera ser que a la clase política le da igual qué tanto endeuden al país, al cabo que quien terminará por cargar el pesado costo del endeudamiento derivado del comportamiento irresponsable de las autoridades será, como siempre, el pueblo mexicano, comprometiendo así su bienestar y futuro.

    Antecedentes: La crisis de deuda de 1980

    En Agosto de 1982, detonaría una crisis que se había venido gestando como resultado de una cadena de decisiones erróneas cometidas esencialmente por las autoridades gubernamentales mexicanas y la banca privada internacional. Durante el sexenio de José López Portillo, (1976-1982), se observó una clara inclinación de parte del gobierno por preferir obtener recursos mediante el endeudamiento con organismos bancarios internacionales, en lugar de recurrir a préstamos proporcionados por fuentes oficiales. Aunada a esta preferencia por el endeudamiento con la banca privada internacional, se dio un crecimiento abrumador de la deuda contraída, ya que tan sólo en 1981, el sector público contrató un nivel de deuda equivalente al que se había acumulado hasta 1977[1]. La Política de endeudamiento oficial no es la solución para lograr un desarrollo económico sano.

    Además, se experimentó una permanente situación deficitaria en la balanza comercial, entendida esta como una mayor cantidad de importaciones respecto a las exportaciones que realizaba el país. Lo cual ocasionaría que el gobierno mexicano tuviera que obtener mayores préstamos del exterior para equilibrar las finanzas públicas.

    Si a la situación previa se le agrega que para 1981, la renta petrolera disminuiría su aportación a las arcas nacionales debido a la caída del precio del crudo, entonces la situación se volvía cada vez más complicada. La lógica parecía indicar que al existir menos presupuesto, entonces los gastos se debían de adecuar a la nueva situación, sin embargo, el gobierno no optó por reducir el gasto público, lo cual tan solo contribuyó a inflar aun más la burbuja de endeudamiento que habría de estallar en Agosto de 1982.

    Por su parte, la banca privada internacional, también propició llegar a esta crisis al seguir suministrando créditos al país pero a tasas de interés cada vez mayores, reforzando así la espiral nociva del endeudamiento del gobierno mexicano.

    La irresponsabilidad de ambas partes en la gestación de la crisis no fue reconocida por el gobierno, ya que al ser tiempos electorales y a manera de maniobra política se optó por “atribuir a los fenómenos externos, las causas fundamentales de la crisis de la deuda, ya que de esa manera se evitó la reflexión sobre el proceso de toma de decisiones a nivel gubernamental y los graves costos sociales que eso conlleva”[2].

    Recetas neoliberales para renegociar la deuda: Una Historia de intentos fallidos

    Para Agosto de 1982, el gobierno mexicano hizo pública la decisión de iniciar una moratoria respecto al pago de la deuda contraída con sus acreedores externos. Esta maniobra provocó una serie de desajustes que desembocarían en la denominada crisis de deuda de los años ochenta.

    Ante la amenaza que representaba para la estabilidad del sistema financiero internacional el impago de numerosos países latinoamericanos, fue que el gobierno estadounidense con Ronald Reagan a la cabeza, conformó un “cártel de facto de acreedores, entre los prestamistas privados y oficiales, en un esfuerzo por establecer un conjunto de reglas comunes que evitaran así una gran crisis bancaria internacional”[3].

    El plan de rescate diseñado por el cártel de acreedores no era un intento que buscara mejorar las condiciones económicas de los países deudores, sino que simplemente trataba de estabilizar y perpetuar el gran negocio que representaba prestar recursos con altos intereses a países en vías de desarrollo.

    El primero de los intentos de rescate se desplegó en forma en 1983, sin embargo sus resultados no fueron los esperados. Para 1985, se lanza por parte del tesoro de los Estados Unidos el Plan Baker. Para no romper la tendencia mostrada por el intento previo, el Plan Baker también falló; la caída de los precios de petróleo en 1985 y la negativa de la banca privada internacional a otorgar las sumas pactadas fueron sus principales causas[4]. El último intento de recate de la década aconteció en 1986 y sus resultados no fueron exitosos.

    Ahora bien, ya para 1990, bajo el mandato de Carlos Salinas de Gortari, se puso en marcha un nuevo proyecto diseñado desde EU, el Plan Brady, este permitió por el momento “darle una situación definitiva a la disminución de la deuda externa y (propició la llegada de) nuevos flujos financieros para el crecimiento del país”[5]. De esta manera, la nueva negociación permitió disminuir la deuda contraída hasta el momento y prolongó el pago de la misma a un periodo de tiempo mayor.

    El clima de relativa estabilidad se vendría abajo en 1994, en este año se produjeron un par de sucesos que afectarían la estabilidad política y económica del país: el asesinato de Luis Donaldo Colosio, candidato oficial del PRI a la presidencia de la República y el anuncio de la Reserva Federal norteamericana de implementar una política de corte restrictivo. Para diciembre de este año, ya con Ernesto Zedillo en la presidencia, se desató una severa crisis económica en el país, que para variar se reflejaría en desajustes demasiado costosos para la población.

    Para diciembre de 1999, con la llegada del gobierno del cambio encabezado por Vicente Fox, el país no se encontraba bajo el contexto de una crisis económica como la acontecida en el sexenio previo, sin embargo, la tendencia en cuanto al manejo de la deuda externa siguió las pautas trazadas por las anteriores administraciones, en el sentido de que se siguió privilegiando el pago del costo financiero de la deuda en lugar de destinar esos recursos para programas que beneficiasen a la población mexicana.

    La estrategia adoptada desde la década de los 80 muestra claramente como el intento incesante de combatir la deuda con más deuda no ha sido la solución al problema. La adopción de las condiciones planteadas por los acreedores para poder tener acceso a préstamos surtió efectos muy negativos en el país, que se reflejaron en desajustes económicos, políticos y sociales. Sobra decir que la constante intervención del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, constituyeron un atentado contra la soberanía nacional, ya que impusieron un proyecto de política económica diseñado desde el exterior sin contar con el respaldo de la voluntad popular.

    Tras esa semblanza de la evolución de la deuda externa de México desde 1980 hasta principios del año 2000, es necesario analizar cómo se han desempeñado las siguientes administraciones en cuanto a su manejo.

    Endeudamiento del Sector Público: Evolución Histórica y Análisis Sexenal

    grafico1

    De acuerdo con las estadísticas presentadas por Banxico respecto al endeudamiento neto del sector público, para el periodo 1980-2014, se pueden hacer los siguientes señalamientos: el periodo de análisis se puede dividir en tres fases, la primera correspondería al segmento correspondiente a 1980-1994, caracterizado por un nivel de endeudamiento menor al medio billón de pesos.

    La segunda etapa abarcaría de 1994 a 2008, donde destaca el hecho de que se rebasa considerablemente el endeudamiento del ciclo anterior, sobrepasando el billón de pesos para el año 2000, y tan solo 8 años después, se duplica la deuda acumulada, alcanzando para 2008 poco más de dos billones de pesos por concepto de endeudamiento público.

    Por último tenemos la tercera fase a destacar, si sorprendentemente en el periodo anterior en tan sólo 8 años la deuda pública se duplicó respecto a su nivel previo, para este nuevo ciclo comprendido entre 2008-2014, tenemos los niveles de crecimiento de la deuda más altos de todo el periodo mostrado. En tan sólo un año, de 2008 a 2009, la deuda se incrementó 66.2%, de igual forma, para los años comprendidos entre 2010 y 2014, la tasa de crecimiento de la deuda oscilarían en torno a los 13.87% anuales.

    Finalmente, para el mes de noviembre de 2014, la deuda neta del sector público se contabiliza en 6.65 billones de pesos. Es importante mencionar que tan sólo en lo que va de este sexenio, el gobierno ha incrementado su deuda pública neta en 1.29 billones de pesos.

    cuadro1

    grafico2

    Si llevamos el análisis a un periodo más específico, en este caso los respectivos sexenios presidenciales, podemos realizar los siguientes señalamientos. En el periodo presidencial de Miguel de la Madrid (1982-1988), el nivel de endeudamiento se ubicó en 256.7 miles de millones de pesos. Este periodo estuvo marcado por la crisis de deuda que afectó fuertemente al país y que representó el inicio de un periodo de negociaciones continuas para reestructurar el pago de la deuda y los intereses. De igual manera, implicó la puesta en marcha de numerosas medidas de política económica diseñadas por Estados Unidos y los organismos financieros internacionales para estabilizar la economía mexicana y asegurar el pago de su deuda.

    El siguiente periodo corresponde al sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), en este lapso el gobierno se endeudó menos que el sexenio previo, contabilizando un total de 178.6 miles de millones de pesos. Para el periodo siguiente, bajo la administración de Ernesto Zedillo (1994-2000), el endeudamiento comienza a repuntar. Este sexenio estuvo marcado por el estallido de la crisis económica de 1994, que derivó a la postre en la caída del sistema bancario, lo cual a su vez propició que el endeudamiento interno creciera en una magnitud considerable. La creación del Fondo Bancario de Protección al Ahorro y la conversión de sus pasivos como parte de la deuda pública en diciembre de 1998, contribuyeron a incrementar de forma importante el nivel de endeudamiento que la sociedad mexicana tendría que pagar.

    Para el sexenio comprendido entre 2000-2006, caracterizado por la alternancia en el poder, y bajo la administración de Vicente Fox, la deuda pública se incrementó en 585.69 miles de millones de pesos. Si se le compara con el sexenio anterior, registra un endeudamiento menor, lo cual tiene su explicación no en que el gobierno en turno tuviera un mejor manejo de las finanzas públicas, sino que en este periodo se dio un incremento en los precios del petróleo, lo cual se tradujo en mayores recursos públicos. No obstante, a pesar de tener una bonanza petrolera, el gobierno fue incapaz de aprovechar esa oportunidad y la tendencia creciente del endeudamiento siguió presente como había ocurrido en los sexenios previos.

    Ahora bien, durante el segundo sexenio panista con Felipe Calderón en el gobierno (2006-2012), la evolución del endeudamiento público muestra un crecimiento abrumador e irresponsable. La deuda pública en este sexenio se incrementó en 3.59 billones de pesos, cifra totalmente desproporcionada si se le compara con la alcanzada por las anteriores administraciones. En términos porcentuales respecto al sexenio pasado, la deuda pública se incrementó bajo la administración de Calderón en 513.84 %. En promedio, cada día del sexenio de Felipe Calderón el país se endeudaba en 1 mil 642 millones de pesos. Ni sumando el endeudamiento alcanzado por las 4 anteriores administraciones previas se logra equiparar la deuda contraída por la administración calderonista.

    Conclusión: al revisar las estadísticas relacionadas a la actual administración de Enrique Peña Nieto, tenemos que desde el 1° de Diciembre de 2012 hasta el 30 de Noviembre de 2014, es decir en un total de 23 meses de gobierno, el país ha visto incrementar su deuda en 1.2949 billones de pesos. Lo cual equivale a un incremento diario de la deuda en un mil 773 millones de pesos. De continuar con esta tendencia, para finales del sexenio de Peña Nieto, la deuda pública contraída tan solo en estos seis años rozará los 3.8 billones de pesos, convirtiéndose así en la de administración presidencial con el mayor endeudamiento de la historia.

    cuadro2

    grafico3

    Si el análisis se realiza desde el punto de vista del endeudamiento en que incurrieron las administraciones gubernamentales de acuerdo al partido en el poder, tenemos que en tan sólo 12 años de gobiernos panistas, se alcanzó un nivel de deuda neta que casi duplica la contabilizada en 19 años y 11 meses de gobiernos priistas. El análisis de fondo nos muestra que tanto el PAN, el PRI, PVEM (verde) y otros representan mascaras de diferente color, pero su verdadero rostro e intereses son lo mismo, es decir, representan el mismo proyecto histórico en el aspecto político-económico del gran capital.

    cuadro3

     

     

     

    grafico4

    Al realizar un desglose del endeudamiento alcanzado de acuerdo a segmentos de tiempo, tenemos que tanto los dos sexenios de gobierno panistas como el reciente retorno del PRI gobierno contabilizan respectivamente un nivel de endeudamiento muy superior al alcanzado por las tres administraciones comprendidas entre 1982 y 2000. Como se mostró previamente, durante los doce años de gobierno panista, la deuda pública neta contabilizó un total de 4.18 billones de pesos, mientras que la administración de EPN en 23 meses de gobierno[6], ha alcanzado un endeudamiento neto de 1.294 billones de pesos.

    Composición de la Deuda Pública 

    Para analizar la evolución de la deuda pública, es necesario revisar como se ha desarrollado el endeudamiento interno y externo.

    grafico5

    De acuerdo con los datos proporcionados por la Secretaría de Hacienda, se aprecia que a partir de 2001 el gobierno mexicano ha optado por dar preferencia a la obtención de préstamos con acreedores internos. A pesar de que el endeudamiento externo se ha incrementado no lo ha hecho con la misma intensidad que el endeudamiento interno.

    En el periodo 2001-2014, la deuda pública interna ha crecido a una tasa promedio del 31.66%, lo cual equivale a un total de 4.34 billones de pesos, cifra que resulta alarmante debido a que en la década previa, de 1990-2000, el endeudamiento interno llegaba a poco más de medio billón de pesos. Por tanto, tan sólo en 13 años el endeudamiento interno creció en 712.79%.

    Por su parte, en lo que respecta al sexenio actual, contabilizando hasta el mes de noviembre de 2014 el endeudamiento interno bruto asciende a 1.278 billones de pesos. En tanto que el endeudamiento externo bruto creció para el mismo periodo en 23,493 millones de dólares.

    cuadro5

    grafico6

    En el gráfico previo se muestra el servicio de la deuda externa que ha pagado México en el periodo comprendido entre 1994 y hasta el mes de junio de 2014. Este servicio de la deuda incorpora tanto el pago de intereses como las amortizaciones respectivas. Resulta importante señalar que el promedio pagado durante estos 20 años mostrados osciló en torno a los 34 mil 108 millones de dólares. Dicho promedio fue rebasado de forma considerable en 1996 con 46 mil 598 millones de dólares, luego en 2006 se contabilizó un total de 44 mil 229 millones de dólares, y finalmente en 2009, se alcanzó la cifra más alta con 46 mil 536 millones de dólares.

    Se puede indicar que en los años posteriores a la crisis de 1994 y de 2008, el servicio de la deuda se incrementó de forma importante respecto a los años previos.

    En lo que respecta al sexenio de Enrique Peña Nieto, el servicio de la deuda ha contabilizado hasta el mes de Junio de 2014, un total de 57 mil 932 millones de dólares.

    cuadro6

    Al realizar un desglose del servicio de la deuda, podemos identificar dos componentes principales, las amortizaciones al capital y el costo financiero de la deuda o pago de intereses.

     

    grafico7

    Como se aprecia, en el periodo presentado, el costo financiero de la deuda (pago de intereses) se ha mantenido en torno a los 6 mil 649 millones de dólares, reflejando una tendencia estable. Sin embargo, en lo que respecta a las amortizaciones, tenemos que después de los años de crisis, 1994 y 2008, presentan un crecimiento importante.

    cuadro7

    En el gráfico N°8 se muestran los principales acreedores internacionales del gobierno mexicano. Se destaca particularmente el hecho de que el mayor porcentaje de la deuda externa contraída se da en el Mercado de Capitales, seguida en importancia por los créditos obtenidos a través de los Organismos Financieros Internacionales como es el FMI y el Banco Interamericano de Desarrollo. Finalmente, el endeudamiento se da en una proporción mucho menor a través de los créditos bilaterales de Comercio Exterior.

    grafico8

    Es meritorio señalar que el día 26 de noviembre de 2014, el Fondo Monetario Internacional decidió renovarle al país una línea de crédito por 70 mil millones de dólares, a decir de Luis Videgaray, actual Secretario de Hacienda, “la línea de crédito complementa el marco de la política macroeconómica de México, asegurando una protección adicional para nuestra economía frente a riesgos externos, (…) en momentos que estamos trabajando en la implementación efectiva de un paquete de reformas estructurales para generar un mayor crecimiento sostenido que se reflejará en más empleos y aumento de los ingresos de las familias mexicanas”[7]. A pesar del comentario optimista del secretario, dicha medida más bien parece ser una previsión ante el nebuloso panorama que trae consigo la caída de los precios del petróleo y la falta de recursos para hacer frente a las obligaciones gubernamentales.

    cuadro8

    Características de la Deuda Interna

    grafico9

    En lo que respecta a las características de la deuda interna, es importante indicar que la proporción de valores que emite el gobierno que se encuentran en manos de extranjeros ha crecido de forma acelerada particularmente a partir de 2010.

    De 2009 a 2010, la tenencia de valores en posesión de extranjeros creció 71.5%, mientras que para 2011 se incrementó en 32.1% y para 2012 en 38.7% respecto al año previo. Finalmente para noviembre de 2013, la concentración de valores de gobierno en posesión de foráneos alcanzó un total de 35.7%.

    La evolución de esta variable nos muestra que en los años recientes los extranjeros han llegado a concentrar más de una tercera parte de la emisión de bonos gubernamentales, lo cual implica que una parte considerable de la deuda interna también este en su poder.

    A continuación se muestra la proporción de distintos valores gubernamentales en manos de inversionistas extranjeros.

    cuadro10

    Como se puede apreciar en el cuadro previo, la concentración en manos de extranjeros de CETES y Bonos a partir de 2012, representa más de la mitad del mercado de estos instrumentos. La explicación dada por la Secretaría de Hacienda para dicho comportamiento pone énfasis en que el aumento se debe a que la estabilidad macroeconómica del país y el impulso de las Reformas Estructurales son poderosos alicientes para los inversores extranjeros[8]. No obstante, hay que señalar el hecho de que al estar dichos bonos en manos de inversionistas foráneos, al percibir estos unas tasas más beneficiosas en otros países, sin dudarlo moverían sus capitales a esas latitudes, pudiendo desencadenar diversos desequilibrios en las finanzas del gobierno.

    Resulta importante mencionar la declaración del gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, respecto a la inestabilidad que podría traer para México el hecho de que las autoridades de la Reserva Federal norteamericana decidan incrementar la tasa de interés. El mencionado personaje evidenció su preocupación ante el inminente desprendimiento de bonos gubernamentales por parte de extranjeros diciendo que “lo que puede suceder es que haya reversión de capitales” y que “Uno se pone nervioso cuando ve esas gráficas[9].

    Balance del Sector Público

    grafico11

    Si revisamos de forma breve las cifras correspondientes a las finanzas del Sector Público, podemos darnos cuenta de que en gran parte del periodo correspondiente al lapso 1990-2013, el balance ha sido deficitario. Salvo de 1991 a 1996, y de 2006 a 2007, donde el balance fue positivo, en el resto de los años se presentó un déficit considerable. Resulta llamativo el hecho de que a partir de 2008, el déficit se ha incrementado de forma muy rápida.

    Por ejemplo, de 2008 a 2009, el déficit creció en promedio 32.2 veces. De 2009 a 2013, ha existido en promedio un déficit de 340 mil 105.4 millones de pesos. De tal forma que al existir la necesidad de recabar recursos para hacer frente a los gastos, la opción en la que ha incurrido el gobierno consiste en seguirse endeudando, lo cual tan solo lleva a incentivar aun más la espiral nociva del endeudamiento público.

    cuadro11

    Un vistazo al Plan Nacional de Desarrollo de Felipe Calderón (2006-2012)

     

    Las directrices trazadas en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) de la administración calderonista en materia de política económica contemplaban la conducción de las cuestiones hacendarias bajo el supuesto de un desempeño eficiente y responsable, caracterizado por un gasto público de calidad, acompañado por una austeridad en la administración de los recursos públicos.

    De igual forma, se enunciaba la imperiosa necesidad de alcanzar una estabilidad macroeconómica y unas finanzas públicas sanas. De acuerdo con el PND la estrategia a desarrollar por el gobierno consistiría en emplear los recursos públicos con base en la legalidad, la honestidad, la eficiencia, austeridad, etc. Los principales destinos que tendría el gasto público estarían orientados hacia el gasto social, creación de empleos y combate a la pobreza, así como la construcción de infraestructura carretera, hidráulica, energética, turística, educativa y de salud[10].

    En lo que respecta al manejo de la deuda pública, se pone énfasis en alcanzar ciertos objetivos como son la administración responsable y cautelosa de la deuda, la priorización por el endeudamiento público interno, así como buscar un acceso a los mercados externos de crédito en términos que resulten beneficios para el país.

    Por otra parte, también se puso énfasis en el PND, sobre la necesidad y conveniencia de promover la entrada de nuevos participantes en la adquisición de valores gubernamentales, con el objetivo de lograr un sistema financiero eficiente[11].

    El contraste con la realidad

    Si se realiza un contraste entre los objetivos y metas trazadas en el PND y las estadísticas presentadas en este trabajo, podemos señalar los siguientes puntos. Primero, en el PND se hace énfasis en la ejecución de un Gasto Público de calidad y austeridad, sin embargo, podemos apreciar que en sexenio de Calderón, especialmente de 2008 a 2009, el déficit del sector público se incrementó en 32.2 veces, y continuaría así hasta el final de su sexenio para llegar a alcanzar uno de los déficits más altos de los últimos 20 años. De tal forma que es posible afirmar que la austeridad y la calidad se dejaron de lado durante su gestión. No olvidemos que Calderón impuso una “guerra contra el narco”

    En lo concerniente al manejo de la deuda pública, se aprecia en el PND el supuesto interés por llevar un manejo responsable y cauteloso de la misma, sin embargo, las estadísticas que se han empleado indican que el sexenio calderonista tiene el record histórico en cuanto a endeudamiento público, ya que durante su periodo endeudó al país en 3.6 billones de pesos, si lo comparamos con el sexenio previo, Calderón se encargó de aumentar la deuda en 513.84%. Gracias a su supuesta gestión responsable, cautelosa y austera los mexicanos tienen que cargar a sus espaldas con una inmensa deuda pública en realidad producto y resultado de la irresponsabilidad, la inhabilidad, y el despilfarro del gobierno Calderonista.

    Si revisamos los pagos que realizó el país por concepto de deuda externa, es decir, amortizaciones y pago de intereses, tenemos que en el último año de la administración calderonista (2012) se destinó por este concepto el equivalente a 11.28 veces el presupuesto aprobado para Defensa Nacional, 2.32 veces el presupuesto para Educación Pública, 5.56 veces lo destinado a Salud y 7.22 veces el equivalente al Desarrollo Social. En otras palabras, si no se hubiera tenido que endeudar tanto el país, habrían existido recursos suficientes para atender necesidades y programas sociales, sin embargo, todos estos recursos salieron de la nación y fueron a parar, como siempre, a los bolsillos de los ya de por si acaudalados prestamistas internacionales.

    cuadro12

    Pero no todo lo contenido en la parte económico financiera del PND dista de cumplirse, el endeudamiento interno en efecto se ha convertido en una de las principales opciones de financiamiento del país, además de que se ha privilegiado la contratación de deuda a largo plazo. Si bien, a partir de 2001, la deuda interna rebasó al endeudamiento externo, durante el sexenio calderonista esta creció a un nivel promedio de 14.37%. Si se le compara con el sexenio previo, la deuda pública interna se incrementó en un 299.5 %.

    Otro objetivo propuesto por el PND que en efecto se llevó a la práctica tiene que ver con la incorporación de nuevos agentes en el mercado de valores gubernamentales. El sexenio de Felipe Calderón vio incrementarse la participación de inversores extranjeros especialmente a partir de 2008, con un total de 11.7 % del total de los valores emitidos, mientras que para finales de su sexenio, la posesión de valores en manos de foráneos llegó a alcanzar una concentración de 36.5% en 2012, cifra que marca un récord histórico en términos de esta variable.

    La inestabilidad económica ocasionada por la crisis financiera de 2008 y las mayores tasas de interés nacionales puede ser uno de los detonantes de por qué la participación extranjera en el mercado de bonos nacionales se incrementó con esa velocidad. Sin embargo, esta situación contribuye a fomentar la fragilidad de la economía nacional, ya que un cambio en las tasas de interés externas puede traerle demasiados problemas a la endeble economía mexicana.

    En resumidas cuentas, la administración de Calderón ha contribuido a potenciar la deuda pública a niveles exorbitantes, además de incrementar la fragilidad de la economía nacional al exponerla cada vez más a los desajustes externos. Esto es un ejemplo más de la herencia funesta que trajo al país el ahora docente en Harvard, Felipe Calderón.

    El falso discurso de un México Próspero: El Plan Nacional de Desarrollo (PND) de Enrique Peña Nieto (2012-2018)

     

    En el PND correspondiente a la gestión de Peña Nieto, se destaca como necesidad fundamental del país incrementar la productividad, de lograrlo, según indica el texto, será posible impulsar el crecimiento de la economía, lo cual terminará por reflejarse finalmente en una mejora considerable del bienestar de los mexicanos.

    Para alcanzar un México Próspero (que es como EPN denomina los objetivos de política económica) es necesario lograr un equilibrio en cuatro vertientes fundamentales, que son: la estabilidad macroeconómica, el uso eficiente de recursos productivos, el fortalecimiento del ambiente de negocios y la consecución de las políticas sectoriales y regionales para el desarrollo[12].

    A su vez, EPN destaca el prestigio y reconocimiento que ha ganado México en los últimos años derivado del correcto manejo de la política macroeconómica, la cual, a decir de él, está sustentada en una política fiscal prudente y responsable. Como ejemplo de este supuesto manejo adecuado, enfatiza que el déficit fiscal se ha mantenido bajo y manejable[13]. En lo que respecta al gasto público, señala que es indispensable mantenerlo en un nivel adecuado.

    Por otra parte, en lo referente al tema de la deuda pública, EPN menciona que “la estructura de la deuda pública es un factor que forma parte fundamental de la solidez de las finanzas públicas”[14], por ello propone como directriz de la administración de la deuda, el acceso continuo a diversos créditos de largo plazo y bajo costo.

    Finalmente, es necesario indicar el énfasis que pone EPN en buscar mecanismos que permitan reducir la fragilidad y volatilidad de las finanzas públicas ante los cambios inesperados en el precio del petróleo.

    El contraste con la realidad: Un México, en la histórica y profunda miseria

    Al igual que ocurrió con el PND de Calderón, los buenos deseos y objetivos plasmados en el papel por la gestión de Peña Nieto distan mucho de cumplirse. Primero, EPN indica que su gobierno procurará el manejo prudente de la política fiscal, sin embargo, las cifras oficiales indican que en lo que va de su sexenio, el país conserva una tendencia considerablemente deficitaria en materia del balance del Sector Público, teniendo cifras bastante similares a las presentadas en los últimos años de Felipe Calderón. De acuerdo con los datos de la Secretaría de Hacienda, el déficit en 2013 alcanzó un total de 374,231 millones de pesos. De tal forma que la supuesta administración correcta de la política fiscal es tan solo un mito.

     

    Si continuamos contrastando lo señalado en el PND con los datos proporcionados por las instancias oficiales, tenemos que la deuda pública neta continua creciendo a una velocidad abrumadora. En los primeros dos años[15] de gestión de Peña Nieto, el gobierno se ha endeudado en 1.29 billones de pesos. Si lo comparamos con los sexenios previos, es posible decir que en un año y 11 meses de la presidencia de EPN, el país se ha endeudado 625 % más respecto al periodo de Salinas de Gortari, 84 % más respecto al sexenio de Zedillo y en un 121 % más que el de Vicente Fox.

     

    En caso de mantener este ritmo de endeudamiento frenético, es posible que para finales de del sexenio de Peña Nieto, la deuda pública acumulada en estos seis años alcance los 3.8 billones de pesos. Contrario a lo señalado en el PND, el manejo de la deuda no muestra signos de un manejo responsable. La falta de recursos, el creciente déficit en las finanzas públicas y la irresponsabilidad de las autoridades han propiciado un incremento impresionante en el nivel de endeudamiento, mismo que termina siendo cargado a las espaldas de la población mexicana.

     

    Si realizamos un comparativo entre la cantidad de recursos destinados a pagar la deuda externa y los usos alternativos que se le pudo dar a ese dinero, encontramos que los pagos a los prestamistas extranjeros en 2013 fueron equivalentes a 10.97 veces el presupuesto destinado a Defensa Nacional, 2.3 veces a Educación Pública, 5.71 veces lo destinado a Salud y 7.72 veces el equivalente a Desarrollo Social. En otras palabras, el gobierno de EPN prefirió optar por cumplir sus compromisos financieros con el exterior en vez de destinar mayores recursos en rubros que contribuirían a mejorar la calidad de vida de la población.

    cuadro13

    Respecto a las fuentes de endeudamiento, tanto internas como externas, el gobierno de EPN ha mantenido la tendencia mostrada en los sexenios previos de contratar mayor deuda en el mercado interno, dejando así en segundo plano el endeudamiento con acreedores en mercados de capital internacionales. Si bien se ha estado privilegiando el acceso a recursos vía el endeudamiento interno, la magnitud de esta deuda ha crecido a un ritmo incesante, pareciera ser que las autoridades no ven un comportamiento riesgoso en esta tendencia.

    Por otra parte, es necesario destacar que a pesar de tratarse de endeudamiento interno, buena parte de la emisión de valores del gobierno ha sido acaparada en manos de extranjeros. De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda, en 2013 un 35.7% de los valores gubernamentales estaban en manos de inversionistas foráneos. La gran mayoría de estos inversionistas especulativos incrementaron su participación en bonos del gobierno mexicano después del estallido de la crisis económica de 2008, debido a las mayores tasas de interés que aquí existían. Sin embargo, tan pronto como perciban síntomas de mejoría en las tasas de interés del mercado norteamericano se iniciará una desbandada que pondrá en serios aprietos al gobierno mexicano. Como se mostró en páginas previas, el mismo gobernador del Banco de México, Agustín Carstens dejó entrever su preocupación ante la inminencia de este acontecimiento.

    Por tanto, lejos de alcanzarse una solidez en las finanzas públicas y en el control del crecimiento de la deuda pública, la estrategia del presente gobierno pareciera indicar que se ha optado por volver más volátil e inestable la economía nacional. Si a este escenario desalentador le añadimos la caída del precio del petróleo, entonces el gobierno se enfrentará a un déficit presupuestal cada vez mayor, y para solucionarlo recurrirá a su nociva estrategia de mayor endeudamiento público, al fin y al cabo que el pueblo de México puede soportar esa enorme carga.

    A manera de pronóstico

    Como se ha observado hasta ahora, el déficit creciente que presenta el Sector Público se ha financiado con la contratación de deuda, tanto externa como interna, siendo esta última la que ha crecido a un ritmo muy acelerado, particularmente del 2000 a la fecha.

    Si bien el endeudamiento externo ya no se ha posicionado como la instancia principal de obtención de fondos para cubrir con las necesidades del gobierno, el pago de intereses y las amortizaciones que tiene que afrontar el gobierno mexicano representan una parte importante de sus ingresos, dejando así a las autoridades públicas con un margen de acción muy estrecho, ya que gran parte de los recursos se le escapan con el objetivo de tratar de saldar las deudas contraídas.

    Por su carácter de clase, la estrategia de la política económico-social del gobierno continuar privilegiando el pago de sus compromisos de deuda antes que el impulso de programas sociales y económicos que beneficien a la población en general, será imposible alcanzar el México Próspero que idealiza en el Plan Nacional de Desarrollo, Enrique Peña Nieto.

    Por otra parte, la creciente adquisición de bonos gubernamentales por parte de inversores especulativos extranjeros siembra dudas y mucha incertidumbre respecto a lo que podría pasar si estos deciden retirar sus capitales. Si bien estos bonos son parte del endeudamiento interno, la posesión de ellos en manos de extranjeros es como si formara una parte un endeudamiento externo maquillado.

    Si bien la década de los 80 con los numerosos intentos fallidos de rescate constituyó un duro aprendizaje para las autoridades económicas y un sacrificio enorme para la sociedad mexicana, en la actualidad ese supuesto énfasis en el manejo responsable de las finanzas públicas ha sido dejado de lado. Pareciera ser que la receta de los gobiernos en turno, a todos los males, siempre a sido endeudarse más y más no importando los costos sociales, económicos y políticos.

    La economía mexicana caracterizada por su excesiva dependencia de su sector externo, (centrado en las exportaciones de manufacturas, la recepción de remesas y la venta de petróleo) y con una política económica obsesionada en la estabilidad macroeconómica, da muestras de ser un modelo de desarrollo fallido. A pesar de las privatizaciones y de los recortes presupuestales a programas públicos el balance financiero sigue siendo deficitario.

    Ahora bien, si a esta situación se le agrega que desde finales de octubre de 2014 y hasta la fecha, el precio del petróleo está experimentado una caída, los ingresos derivados de la actividad exportadora del crudo disminuirán, lo cual llevará a las autoridades económicas a hacer todo lo necesario para cubrir con los requisitos financieros del país, cueste lo que cueste, o entendido de otra manera, habrá recortes a programas sociales y recurrirán a su perniciosa costumbre de seguir contrayendo deuda, al cabo que el pueblo mexicano puede cargar con ella; de tal forma que mientras el resto del país sufre las consecuencias del ajuste, la clase política continuará sin renunciar a sus privilegios económicos y derrochará en propaganda publicitaria el millonario presupuesto otorgado por el Instituto Nacional Electoral.

    Finalmente, cabe señalar que si el gobierno de EPN continúa la lógica legada por Felipe Calderón de endeudar cada vez más al pueblo mexicano, entonces no sólo nosotros, sino las generaciones futuras, continuaremos pagando por el resto de nuestros días una deuda estratosférica producto de las malas decisiones de las autoridades mexicanas y de la ambición y el oportunismo de los prestamistas internacionales.

    Fuentes

    Bulmer Thomas, Víctor, “La deuda, el ajuste y el cambio de paradigma”, en: Historia de América Latina desde la Independencia hasta Nuestros Días, FCE, México, 1998.

    Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, “Evolución de la deuda pública en México y sus principales componentes”, Cámara de Diputados, Septiembre de 2009. Disponible en línea en: http://www.cefp.gob.mx/intr/edocumentos/pdf/cefp/2009/cefp0712009.pdf

    Garavito Elías, Rosa Albina y Bolívar Espinoza, Augusto (Coords.), “México en la Década de los Ochenta: la modernización en cifras”, Universidad Autónoma Metropolitana: Unidad Azcapotzalco, 1990.

    Girón, Alicia, “Renegociación tras renegociación”, en: Fin de Siglo y Deuda Externa: Historia Sin Fin, Argentina, Brasil y México, IIE, 1995.

    González Amador, Roberto, “Alerta Carstens sobre vulnerable posición de México en mercado de deuda”, La Jornada, Martes 28 de octubre de 2014.

    Presidencia de la República, “Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012”. México 2007.

    Presidencia de la República, “Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018”. México 2013.

    Secretaría de Hacienda y Crédito Público, (2014), “Plan Anual de Financiamiento”. México 2014.

    Verdusco, Mario Alberto, “FMI renueva línea de crédito por 70 mil mdd”, El Universal, Miércoles 26 de noviembre de 2014

    http://www.banxico.org.mx/SieInternet/consultarDirectorioInternetAction.do?accion=consultarCuadro&idCuadro=CG7&sector=9&locale=es

    http://www.hacienda.gob.mx/POLITICAFINANCIERA/FINANZASPUBLICAS/Estadisticas_Oportunas_Finanzas_Publicas/Paginas/unica2.aspx

    Notas al pie

    [1]Bolívar, Augusto, (1990), “México en la década de los ochenta: la modernización en cifras”, UAM-Azcapotzalco, pág. 130.

    [2] Ibíd. pág. 132.

    [3]Bulmer, Thomas, “La deuda, el ajuste y el cambio de paradigma”, en: Historia de América Latina desde la Independencia hasta Nuestros Días, FCE, México, 1998, pág. 404.

    [4] La aceptación de este plan implicó que el gobierno aceptara medidas como la eliminación de restricciones al movimiento de capitales, recortes al presupuesto destinado al gasto público, la privatización de empresas estatales, una intensa apertura comercial al exterior, etc.

    [5] Girón, Alicia, “Renegociación tras renegociación”, en: Fin de Siglo y Deuda Externa: Historia Sin Fin, Argentina, Brasil y México, IIE, 1995. Pág. 94.

    [6] Contabilizando hasta el 30 de Noviembre de 2014.

    [7] Verdusco, Mario Alberto, “FMI renueva línea de crédito por 70 mil mdd”, EL Universal, Miércoles 26 de noviembre de 2014.

    [8] Secretaría de Hacienda y Crédito Público, (2014), “Plan Anual de Financiamiento”.

    [9] González Amador, Roberto, “Alerta Carstens sobre vulnerable posición de México en mercado de deuda”, La Jornada, Martes 28 de octubre de 2014.

    [10] Presidencia de la República, “Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012”. México 2007.

    [11] Ídem.

    [12] Presidencia de la República, “Plan Nacional de Desarrollo: 2013-2018”. México 2013.

    [13] Ídem.

    [14] Ídem.

    [15] Contabilizando del primero de diciembre de 2013 al 30 de noviembre de 2014.

     

     

    7 Respuestas a “Reporte de Investigación 119. “La deuda que todos los mexicanos debemos de pagar: Entre la histórica irresponsabilidad, el despilfarro y la corrupción gubernamental y la avaricia de los prestamistas internacionales”” Icono RSS

    • Gracias enormes por sus investigaciones, mi trabajo lo requiere. Algo que no he logrado hacer es un estudio de los gastos del gobierno en todos los órganos de seguridad pública en comparación con la inversión en programas sociales sustenta les, sobre todo en educación. Tal vez por allí tengan pensado algo así. Enormes saludos y feliz inicio de semana. Atte. Carmen rivera, directora general de Apoyo Solidario por la eQuidad, A.C.

    • Si el país tiene más de 50 millones de pobres y con tanto desempleo, es un milagro que no explote como un globo nuestra deuda internacional…Y Si ha esto le agregamos que el petroleo es un recurso no renovable, el futuro es muy sombrío para nuestras próximas generaciones…

      Que puede hacer un simple ciudadano de clase social baja o de clase social media ?
      No pagar impuestos? Las leyes están hechas a la medida para que los políticos no sean castigados por su manera irresponsable de manejar el dinero de sus ciudadanos..

      El problema ya lo tenemos en la espalda…Que hacemos ?

    • Muy interesante análisis y más útil aún para apoyar mis tareas.
      Respecto al comentario “…el mismo PRI irresponsable en las finanzas”, coincido, pero no es privativo de un Partido; en el nivel federal pasó también con el PAN y en cuestiones locales creo que está peor y ahí sí hay más colores y sabores. El gran problema es de condición humana, no de banderas, colores, ni nada.

    • Interesante dato, el detalle tambien es que el endeudamiento es a todos los niveles de la administraccion publica, es decir municipal, estatal y nacional. Existe base para pensar que la deuda de gobierno de EPN crece todos los días, e incluso ya está en niveles vistos a la era de López Portillo??.
      saludos e importantisimo analisis.

    • Como entender la voracidad de unos cuantos y como comprender la incapacidad de todo un pueblo por salir adelante. No cabe duda que nuestra hístoria no existe y que cada día iniciamos de nuevo el camino. Si exiges eres señalado si comentas eres olvidado, en mi opinión la unica certeza que existe para poder ver hacia adelante no se encuentra en las instituciones, es en las personas que forman parte de estas. Es necesario que realmente existan leyes que aplicaran todo el rigor sobrte aquellos que de una u otra manera abusan de su status para llevar no solo dinero a sus arcas si no tambien a la de sus complices sean nacionales o interionales.

    • Sería muy importante tener la ctualización de este análisis hoy en día.


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